Perfumes de autor: las fragancias de nicho llegan al mercado argentino
Los productos elaborados en ediciones limitadas ganan terreno en el país de la mano de emprendedores locales; cómo competir contra una industria lejos del free shop y cerca de las redes sociales
"Un buen perfume te viste", repiten como un mantra los estilistas que recomiendan tener una impronta aromática personal para causar buenas primeras impresiones. Y si en el placard proliferaron los diseñadores independientes lejos de las grandes compañías, en las fragancias también está sucediendo.
El mundo de los perfumes de autor no es tan simple como el de las marcas de indumentaria independientes: en este caso, se necesitan inversiones grandes para montar líneas de producción. Es por eso que la gran mayoría de las compañías en el mundo hoy simplemente diseñan las fragancias en un laboratorio y luego tercerizan su fabricación en grandes compañías.
Sin embargo, serán una parte importante del crecimiento de la industria global del perfume, que hacia 2023 avanzará un 6% y alcanzará un tamaño de US$64.600 millones, según la consultora Wise Guy Reports. El informe señala que la demanda estará traccionada por la búsqueda de una mayor calidad y el atractivo de los ingredientes naturales, un insumo que eligen varias de las compañías de perfume "de autor" a nivel internacional.
El caso emblemático en el mundo de los perfumes de autor es Fueguia 1833, la compañía que fundó el empresario argentino Julián Bedel y que se internacionalizó rápidamente para formar parte de las grandes ligas perfumistas. La firma produce sus propias fragancias en dos plantas, una en Uruguay y otra en Italia, y tiene locales en Buenos Aires, Zurich, Tokio, Nueva York y Milán. Trabaja con ediciones limitadas de 400 botellas que se venden a partir de los US$100.
"Tenemos una producción limitada y una historia que es muy consistente con lo que decimos, por lo que la gente se conecta con el producto", detalla Bedel. A pesar de que en 2014 levantó su producción en la Argentina por la imposibilidad de importar máquinas, hoy tiene una base de clientes importante en su país de origen porque a su local en la avenida Alvear entra un gran componente de turistas y otro tanto de argentinos "fidelizados" por las fragancias.
"El problema global que yo veo es el mensaje hacia el consumidor de las marcas que venden el aspecto 'de autor' y sugieren que es producido de una forma limitada cuando no lo es, sino que está tercerizada", resalta Bedel. Es que, para que haya integración vertical, la industria del perfume "de nicho" requiere de inversión intensiva.
Por ejemplo, Fueguia recientemente invirtió 350.000 euros en un cromatógrafo (una máquina que permite la separación química de mezclas complejas en distintos componentes). Como en Italia la compañía está definida como parte de un grupo de empresas "innovadoras", tiene acceso a deducciones fiscales para poder tomar decisiones de este tipo.
Producción limitada
Mientras tanto, en la Argentina todavía es más difícil montar una línea de producción artesanal para fragancias, pero proliferan las marcas que buscan salir del free shop y apuestan por las redes sociales y el e-commerce para venderse por fuera de la industria masiva del perfume.
Como en el caso de los showrooms de indumentaria, calzado y accesorios, Instagram se convirtió en una gran vidriera para las marcas independientes de fragancias. Por ejemplo, la cuenta @scents_hunter reseña distintos perfumes de grandes compañías, y más recientemente de pequeñas firmas que incursionaron en el mercado local. Uno de los casos es Blind, un emprendimiento que nació a fines de 2018 con la misma premisa de ediciones limitadas.
Adriana Lopardo, creadora de la marca, trabajaba en el sector de Relaciones Públicas hasta que, hace cuatro años, comenzó a involucrarse en la industria de las fragancias. Estudió en la Asociación Argentina de Químicos y decidió su estrategia: invertiría más en las materias primas que en otros aspectos importantes del perfume, como el packaging.
"Cada fragancia es una edición limitada, por eso traen un código en el interior de cada caja que certifica su singularidad. Pienso que las fragancias de Blind son como canciones que forman parte de un disco. Saqué este disco, y ya estoy trabajando en próximas canciones", explica Lopardo sobre su forma de trabajar.
Son seis fragancias "sin género" que, en sus versiones de 50 mililitros, se venden a partir de los $3990. "No es fácil desarrollar productos de muy alta calidad en la Argentina, porque la industria no está preparada aún para esta propuesta -agrega la creadora de Blind-. A mí me costó mucho explicar lo que quería hacer, incluso llegué a importar yo misma los envases desde Francia para llegar a la calidad que busqué".
Otra compañía que apuesta por el diseño de laboratorio y terceriza su producción es Zazil, fundada a inicios de 2018 por la bioquímica Patricia Ostapchuk y el kinesiólogo Mariano Luca.
"La creación de una fragancia me lleva meses probando variantes hasta que finalmente llego a un resultado único, con un aroma balanceado", explica Ostapchuk sobre el proceso que realiza con sus fragancias.
La firma también apuesta por las ediciones limitadas: no hace más de 500 frascos por cada fragancia y los vende desde los $2400 hasta los $3800. "No tenemos pensado hacer más unidades de cada una porque queremos que siempre estén sorprendiendo a los usuarios", detalla la bioquímica.
La marca tiene una boutique en Palermo y también comercializa sus productos en canales de e-commerce. Como Lopardo, Ostapchuk asegura que ser una de las marcas pioneras que juegan por fuera de las grandes ligas es un desafío por la dificultad para penetrar en un mercado acostumbrado al free shop, pero prefiere abrirse camino en un sector que, si sigue creciendo como lo hace a nivel global, podría generar grandes oportunidades.
- 65.000 millones de dólares: Es el tamaño que alcanzará el mercado global de fragancias hacia 2023; representa uncrecimiento del 6%