Reforma del Estado o Estado en forma
Desde hace siglos, una entidad política con aires de independencia vital construye y destruye el futuro y la historia de los pueblos del mundo. El Estado. Ha tenido variables formas y sistemas, modos de ser gobernado y proporciones diversas, todas vinculadas a los tiempos que se viven, a los aires de cada época o, como decía Hegel a la Weltanschauung, a la cosmovisión de cada pueblo.
En la teoría de los neomaquiavelistas, pocos gobiernan y muchos obedecen... Aunque en la posmodernidad se comprueba esta tesis, el número de empleados del Estado hace que hasta estos teóricos italianos de la teoría del poder se vuelvan a preguntar, ¿Qué significa poco?
El pueblo quiere que su gobierno organice la Nación, preste servicios de seguridad, salud, transporte, previsión social, defensa, finanzas, diplomacia y de una innumerable serie de cuestiones.
Desde sectores políticos e ideológicos se propugna una discusión eterna, ya que no es matemática: ¿qué tamaño debe tener el Estado?
Desde los dos costados hay fuego diverso. Y seguramente, con buena fe, los ciudadanos tratan de explicar lo que a veces ocurre cuando el Estado no está presente en una necesidad, o cuando se transforma en un "peso" (como la piedra de Sísifo) y solo en socio en la buenaventura, que desaparece en la zozobra. Un amigo que solo participa de las fiestas pero a quien no se lo ve en los velorios.
¿En qué foros escuchamos hablar de la calidad de los servicios que presta el Estado?
Cuando una empresa o institución comienza un proceso de reestructuración de su plataforma de trabajo, conforma una comisión de personas para pensar el tema. Si los que están al frente de las transformaciones son los interesados en permanecer, ese cambio va a ser bastante superficial. Por eso, generalmente un proceso de transformación tiene una tercera parte independiente, contratada por el órgano de gobierno de la institución. En este caso, podríamos asumir que el Ministerio de Modernización es el que toma la batuta.
El sindicalismo es una parte fundamental de la historia del país. Por más "gorila" o "peruca" que se sea, eso es indiscutible. Ahora, su rol se redefine. Y no solo porque la profecía montonera de la burocracia sindical se terminó cumpliendo como una maldición autopostulada de la interna peronista, sino porque hoy está ese gran protagonista de la vida pública: el "yo virtual".
El "yo virtual" es ese nuevo actor todopoderoso, que solo tiene como arma un celular inteligente, que propone ser actor, marino, policía, activista, legislador, y hasta alguien que adopta perros abandonados. El empoderamiento del consumidor hizo que hoy nadie quiera que hablen ni representen la opinión propia, ni en caso de que las opiniones sean concordantes. El fin de la amistad cívica que expresaba Aristóteles, la fraternidad del conciudadano, está en crisis.
En medio de esto, el Estado se propone solucionarle la vida, o hacérsela más sencilla a los ciudadanos. Para ello debe hacer crecer el PBI, intentar mantener el valor de reserva de la moneda para generar crédito a largo plazo sin perder la competitividad de las exportaciones, y hacer cumplir el vademécum de leyes económicas, que en la Argentina hacen pensar muy seriamente si uno quiere salir de monotributista.
Desde que comenzó esta aventura llamada Argentina, los gobiernos se encontraron con ropa sucia en el fondo del placard. No hay que dejar de destacar a los patriotas que siguen esperanzados dando su vida por ver el mejor país posible. Son muchos.
Y también existe el desorden organizacional. Personas que tienen cargos de por vida, que fueron contratadas para funciones que ya no existen. En muchas ciudades hay ascensoristas en ascensores automáticos. La pregunta es trascendental e incómoda, ¿vamos a romper los ascensores automáticos para respetar la dignidad del ascensorista en cuanto ascensorista? En una empresa familiar, seguramente esa persona estaría buscando trabajo.
Sería importante trazar, más que una univoca discusión sobre el tamaño, una visión integral sobre qué servicios prestan los agentes del Estado, a que costos y como aportan al bien común de la sociedad.
Exviceministro de Producción de la provincia de Buenos Aires