"Se debería crecer al 3% por 15 años y sin inflación"
El 1° de enero de este año entraron en vigor los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por dirigentes de 193 estados en una cumbre histórica de las Naciones Unidas. Entre otras metas no menos importantes, está la de erradicar la pobreza (monetaria y no monetaria). El objetivo es que haya cero personas viviendo con menos de 1,90 dólares por día, y que el índice de pobreza del país medido según sus estándares, se reduzca a la mitad. En la Argentina sólo el 2% está por debajo de 1,90 dólares por día y el 32,2% vive en la pobreza cuando se considera el umbral que impone el valor de una canasta básica de bienes.
-¿Cómo erradicar la pobreza monetaria?
-Los ODS pueden ser leídos como objetivos propiamente dichos, o como un recetario de buenas prácticas. El objetivo número 8 se refiere a "promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible". El 10 promueve "reducir la desigualdad en y entre los países". El crecimiento económico sostenido e inclusivo y la reducción de las desigualdades aberrantes son los objetivos cuya consecución permitiría erradicar la pobreza monetaria.
-¿A qué ritmo se debe crecer?
-China bajó la pobreza del 88 al 11% creciendo durante 30 años a una tasa superior al 7%. India redujo el índice del 54 al 22% creciendo a un 4%. En suma, el crecimiento permite reducir la pobreza, pero para erradicarla, se debe crecer sostenidamente a tasas altas. Nuestro país en particular, debería crecer en los próximos 15 años al 3% en promedio y con inflación cero.
-¿Cómo reducir la desigualdad?
-Existen "programas de transferencias monetarias condicionadas", como la Asignación Universal por Hijo (AUH), que buscan igualar oportunidades en un mediano plazo. Se supone así que la gente es pobre porque las oportunidades que enfrentan de niños y jóvenes son menores que las de quienes no son pobres (uno podría preguntarse si no es probable que buena parte de los pobres no tienen oportunidades por ser pobres). Las evaluaciones de impacto de uno de los planes más antiguos de América latina, el Oportunidades (ahora "Prospera") de México -un símil de la AUH- muestran limitaciones. Los jóvenes que fueron los niños beneficiarios no pueden insertarse en el mercado laboral en condiciones adecuadas. Están más educados que sus padres, pero su anatema combinado con un desempeño macroeconómico insuficiente, no permite romper con la pobreza hereditaria. Una situación ideal consistiría en una mezcla de los objetivos 8 y 10 con énfasis en lo siguiente: crecer enérgica y sostenidamente, redistribuyendo de una manera más creativa y eficaz que la abstracta y zafia "igualación de oportunidades".
El autor es economista
Jorge Paz