Sergio Massa hizo su carta de presentación ante un empresariado expectante, aunque con dudas sobre su éxito

El ministro de Economía, Sergio Massa, cerró la cumbre empresaria del Council of the Americas, en el Alvear Palace, frente a una audiencia expectante. Su disertación fue su carta de presentación ante el público empresarial.

Del otro lado, encontró a un sector privado con confianza en que podrá, por lo menos en el corto plazo, encarar las políticas anunciadas en su primera conferencia de prensa, centradas en reducir el déficit fiscal y mejorar las reservas del Banco Central.

Las expectativas positivas se fundamentan en las cualidades personales del ministro, de acuerdo con los testimonios de empresarios recopilados por LA NACION durante la mañana. Consideran que la “viveza o astucia política” de Massa es la fuente de seguridad. “No hubiera aceptado el cargo si era para prenderse fuego”, confía un referente del sector energético.

Sin embargo, las dudas comienzan a surgir por las restricciones propias del desorden macroeconómico y la implementación de las medidas en la práctica. Es decir que, para el sector privado, la frustración de su plan estaría vinculada con la realidad, más que con las internas dentro del Frente de Todos. A dos semanas de su designación, ven un alineamiento entre los referentes de la coalición gobernante para sostenerlo.

De igual manera, los empresarios prefieren no arriesgar a título propio buenos augurios. Prefieren ver cómo se desarrollan las próximas semanas y no anticiparse. Incluso, las principales cámaras del sector privado no se han referido aún a la designación de Massa de manera pública.

Massa llegó al hotel rodeado de funcionarios y asistentes, entre los que estuvieron José Ignacio de Mendiguren, secretario de Producción, y Flavia Royón, secretaria de Energía, quien llegó más temprano y habló acerca de la difusión de la lista de políticos, empresarios y artistas que reciben subsidios del Estado en sus cuentas de luz. “Repudio la filtración de datos personales”, dijo. Dentro de la sala, lo esperaban empresarios como Eduardo Eurnekian (Corporación América) y Juan Martín Bulgheroni (Pan American Energy).

El ministro volvió a referirse a los cuatro ejes sobre los que asentó su discurso en su primera conferencia de prensa: orden fiscal, superávit comercial, fortalecimiento de reservas y desarrollo con inclusión. Hizo una suerte de racconto sobre cómo se avanzó en los últimos días en estos pilares de gestión. Incluso, hizo un mea culpa frente al empresariado con respecto a una medida que admitió que fue “antipática”: el adelanto del impuesto a las ganancias que utilizará para reforzar los ingresos de los jubilados.

Las medidas que anunció al inicio de su gestión, entre las que estuvo un mecanismo para acelerar las liquidaciones del campo, denuncias por sub y sobrefacturación en el comercio exterior y una auditoría de planes sociales, dejaron “sabor a poco” entre bancos internacionales, analistas y empresarios, en ese entonces.

Los exponentes del empresariado transmitieron un consenso sobre la necesidad de respaldar al ministro por ser una opción “lógica” frente a la incertidumbre generada a partir de la renuncia de Martín Guzmán, la danza de nombres del fin de semana en el que se conoció su salida y la designación de Silvina Batakis, gestión en la cual el dólar blue llegó a un cierre máximo histórico de $338 y la economía se quedó sin precios de referencia.

En el sector privado no esperan cambios estructurales. “No se puede cambiar el rumbo en 15 meses. Se puede comenzar a generar o a utilizar herramientas para generar caminos. El que tiene la responsabilidad de gestionar tiene que hacer las cosas un poco mejor para que el que venga haga las cosas, también, un poco mejor”, expresó Mario Grinman, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios, organizadora del evento, a LA NACION. Un sentimiento similar transmitieron los titulares de distintas empresas.

Sobre las cuentas públicas, Massa reiteró la necesidad de tener un “Estado ordenado, planificando su gasto y cumpliendo sus metas a los efectos de garantizar el normal funcionamiento de una sociedad”. Aseguró que se limitó el crédito presupuestario de las jurisdicciones al cumplimiento del decreto de necesidad y urgencia que contuvo el presupuesto de este año, frente al rechazo del proyecto en sede legislativa. Dejó entrever que esas pautas no se cumplieron en las gestiones de sus antecesores.

El ministro acompañó el tono de la cumbre, que tuvo un fuerte protagonismo del tema energético, con anuncios sobre el sector que ya había mencionado en la AOG Patagonia, en Neuquén. “Avanzamos con el decreto que promueve la exportación sin interrupciones. Además, avanzamos con el Plan Fénix en la Cuenca Austral. Avanzamos además con una mesa que nos va a permitir encarar el segundo tramo del gasoducto con apoyo y aporte del sector privado”, dijo. También se refirió a los avances en el diseño del Plan Gas 5. Aseguró que se redujeron las obligaciones de importación de energía para agosto en casi US$1100 millones.

Los empresarios dijeron estar conformes con la elección de Flavia Royón como secretaria de Energía. “Tiene capacidad y un equipo idóneo”, dijo el presidente de una compañía del sector.

Por último, Massa hizo una invitación al consenso con una anécdota sobre un llamado que recibió el día que se conoció su designación. Según su relato, un importante dirigente de la oposición lo felicitó la noche que se confirmó su nuevo cargo y, al día siguiente, a las 8:20 de la mañana, volvió a contactarlo, esta vez para pedirle que no diera a conocer su nombre, porque lo desalinearía con los intereses de su línea política “dura” contra el Gobierno.

“Hasta marzo o abril no empieza la temporada electoral. Sería bueno aprovechar para encontrar acuerdos o consensos básicos para el desarrollo de la Argentina. El Presidente va a convocar a un acuerdo económico y social que va a sentar en la mesa a empresarios y trabajadores con el Estado para plantearnos objetivos de corto, mediano y largo plazo”, cerró.