Tras aplazar pagos, sólo los entes públicos le compraron deuda a Guzmán
La postergación hasta el año próximo de los pagos de la deuda pública nacional emitida bajo ley local pero en moneda extranjera fue revulsiva para el mercado doméstico y estuvo a punto de hacer naufragar la licitación del Ministerio de Economía para colocar Letras en pesos, de no ser por la activa participación de organismos públicos, coincidieron en evaluar en el mercado.
"Intuyo que, sino todo, gran parte fueron autocompras oficiales y no debería sorprender", explicó a La Nación el portfolio manager de una administradora de fondos
Esto quedó a la vista hoy al colocar el Gobierno apenas $7367 millones tras ofrecer la suscripción de dos Letras del Tesoro en pesos emitidas a descuento y aún cuando una de ellas ofrecía pagar una tasa del 1,75% sobre inflación hasta su vencimiento a comienzos de diciembre. Es decir, contaba con el mecanismo de cobertura que los inversores más habían buscado en las últimas licitaciones previendo que la mega emisión monetaria que lleva adelante el Banco Central (BCRA) presionará sobre el índice de precios en los meses siguientes.
Para dar con un momento de tan baja adhesión (apenas 125 ofertas de compra por $7563 millones) y resultado (al Tesoro entran unos $7000 millones ya que se trata de títulos comprados a descuento) hay que remontarse a febrero.
Algo similar ocurrió en las licitaciones para refinanciar deuda en pesos que siguieron al reperfilamiento compulsivo del Bono Dual. Fueron momentos en que la retracción de los inversores privados obligó a la Secretaría de Finanzas a pasar la gorra entre organismos públicos para no tener que declarar desierta a la convocatoria.
A juzgar por los resultados que dejó la licitación del día, eso volvió a pasar hoy. Se puede llegar a esa conclusión cuando se observa que los inversores curiosamente optaron más por el instrumento a tasa fija que por el indexado, es decir, todo lo contrario a lo que venía sucediendo al punto que en un 80% de las ofertas presentadas en las dos licitaciones previas (con fuerte participación privada) habían optado por la Letra indexada.
Por el contrario, hoy 54% de la demanda ($4050 millones) eligió la letra corta por vencer en apenas 84 días (el 1º de julio) que se colocó a un precio de $934,14 por cada $1000 nominales, lo que representa una tasa nominal anual del 30,64% y una efectiva de 34,45%. Como se trató de la reapertura de un instrumento que ya está en circulación, el Ministerio de Economía aclaró en el comunicado que ya hay $9500 millones emitidos en esta Letra.
El resto de la demanda fue a la Letra Ajustable por CER (Lecer) por vencer el 4 de diciembre, de la que se adjudicó un total de $3311 millones a un precio de $990,55 por cada $1000, lo que representa una tasa de 1,75% (1,76% la efectiva). Como se trata de un instrumento habitualmente mucho más demandado, ya hay $32.311 millones circulando de esta Lecer.
La colocación le bastó al ministerio para cubrir buena parte de los $7500 millones que, según estimaciones de mercado, debe pagar en estos días por una Letra capitalizable (Lecap) que había sido reperfilada a fines de 2019. Pero el dato es que el sacudón parece volver a poner bajo estrés el programa oficial para tratar de mantener regularizada la deuda en pesos mientras se le baja su costo.