Abnegadas mujeres afganas
La tremenda y dolorosa situación de las mujeres en Afganistán se agrava con el paso de los días y el incremento de las restricciones. En un país donde el 35% de la población carece de empleo y el 36% vive por debajo del umbral de la pobreza, inmersas en una preocupante incertidumbre que amenaza su seguridad, algunas mujeres afganas que ya protestaban en las redes comenzaron a desafiar a los talibanes con manifestaciones públicas para exigir que se respete su derecho a seguir trabajando y estudiando y para ser incluidas en el Gobierno.
Alison Davidian, representante adjunta en Afganistán de ONU Mujeres, denunció la ausencia de mujeres en el Poder Ejecutivo y aseguró que pone en duda “los recientes compromisos para proteger y respetar los derechos de las mujeres y niñas”. Muchas no han podido incluso regresar a sus empleos, pues no se les permite trabajar con hombres. El Ministerio para Asuntos de la Mujer, encargado de velar por los derechos de las afganas desde 2001, fue clausurado. En su lugar, se creó el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, un organismo para hacer cumplir estrictas doctrinas religiosas.
Cada vez son más las imágenes de mujeres levantando consignas contra los talibanes, contrarias a que se retroceda a los años de represión del régimen que, entre 1996 y 2001, obligó a la desaparición de las mujeres del espacio público. La indignación escaló después de que se ordenó que solo los varones retomen el nivel secundario. Si bien los talibanes permitirían a las mujeres estudiar en la universidad, siempre separadas de los hombres, no habilitarlas a concluir el ciclo medio les trunca el paso.
Ante los avances de un régimen que cambió incluso los nombres de las calles que contenían la palabra “mujer”, la comunidad internacional no puede permanecer indiferente. Las sofocantes restricciones a la libertad impuestas bajo supuestas justificaciones religiosas nos retrotraen a un pasado que no debe repetirse. Es imperioso garantizar el derecho de las mujeres a decidir sobre lo que quieren hacer y cómo hacerlo en una comunidad que las obliga a aislarse y ocultarse, a contramano de un mundo dinámico y cambiante en el que han sabido ganarse un lugar.