Contundente golpe a las FARC
La muerte de "el Mono Jojoy" debería llevar a los terroristas a abandonar la lucha armada y someterse a la justicia
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En lo que representa un durísimo golpe para las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC), el gobierno colombiano acabó con la vida de su jefe militar, Jorge Briceño Suárez, más conocido por su alias, "el Mono Jojoy", principal líder del grupo terrorista y considerado el más radical de la organización.
A Briceño Suárez, que sembró el terror en el territorio colombiano, se le atribuyen muchos de los grandes golpes contra el ejército colombiano a fines de los años noventa. Guiadas por él, las FARC arrasaron con varias guarniciones militares y los uniformados muertos se contaron por decenas. También ha sido señalado como el responsable del secuestro de Ingrid Betancourt.
La Operación Sodoma, como fue bautizado el operativo que terminó con la vida de "el Mono Jojoy", permitió entrar en el corazón estratégico de las FARC. Como lo señaló el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera Salazar, "en esta operación hemos llegado a la madre de todos los campamentos de las FARC, más de 300 metros de longitud, con un búnker construido en concreto, en el cual se refugiaba el cabecilla, con túneles de escape para burlar a la Fuerza Pública". El funcionario explicó que se trató de un minucioso planeamiento, con el liderazgo del propio presidente Santos, quien autorizó la operación antes de viajar a Nueva York, para participar de la Asamblea de las Naciones Unidas, y en la que intervinieron 30 aviones y 27 helicópteros.
Con la muerte de "el Mono Jojoy", el secretariado de las FARC pierde a su cuarto hombre desde 2008. El primero en caer fue Luis Edgar Devia Silva, alias "Raúl Reyes", segundo comandante de las FARC, abatido en el bombardeo de su campamento de Santa Rosa, localizado a 18 kilómetros de la frontera colombiana en territorio ecuatoriano. Posteriormente, siguió la muerte de José Juvenal Velandia, alias "Iván Ríos", comandante del frente de guerra José María Córdoba. Tres semanas después de la muerte de Ríos, murió Manuel Marulanda Vélez o "Tirofijo", a causa de un infarto, rodeado por la mayoría de su anillo de seguridad y otros grandes comandantes.
Con la muerte de este peligroso guerrillero desaparece el símbolo y el promotor del secuestro, del terrorismo y la crueldad contra cualquiera que no se plegara a sus designios. Fue "el Mono Jojoy" quien inventó los cilindros bomba y creó los campos de concentración, esas alambradas infames en medio de la selva en donde sobrevivían hacinados los secuestrados. Con el gran estratego militar fuera de combate, las posibilidades de recuperación de las FARC, como maquinaria de violencia y muerte, han quedado seriamente afectadas.
A pesar de ello, la desaparición física de "el Mono Jojoy" no significa aún el final de la violencia de la guerrilla, donde la crueldad y la sevicia reemplazaron los ideales que decía defender. Sin embargo, la victoria obtenida con la Operación Sodoma constituye una excelente oportunidad para que las FARC reflexionen sobre el sinsentido de persistir en los métodos crueles, violentos e inhumanos que han utilizado desde siempre. El único camino posible para evitar nuevas muertes en sus filas es la liberación de todos los secuestrados, la entrega de las armas, el sometimiento a la justicia y la desmovilización como paso previo a un proceso de diálogo y negociación política como el que propone el presidente Juan Manuel Santos.


