Davos 2020
Hace pocos días terminó la 50» edición del Foro Económico Mundial, conocido como Foro de Davos, realizado en esa localidad suiza. Políticos, empresarios y representantes de organizaciones sociales y culturales debatieron allí en busca de soluciones a diferentes problemas de orden mundial.
Desde 1970, el Foro de Davos desempeña un papel dominante a la hora de identificar nuevas tendencias en economía, política, áreas sociales y culturales, así como en formar estrategias y acciones para que las corporaciones y los países integren estos cambios y optimicen sus potencialidades.
Con el lema "Inclusión para un mundo coherente y sostenible" se analizaron asuntos que hoy preocupan, como el crecimiento económico global y las perspectivas para el comercio, el multilateralismo, el orden geopolítico y la tecnología. Todo ello, unido al creciente desafío que significa la crisis ambiental que vive el planeta.
Por primera vez en la historia del foro, un grupo de diez adolescentes change makers participaron para impulsar la colaboración intergeneracional. Además de la ambientalista Greta Thunberg, presentaron sus ponencias, entre otros, Melati Wijsen, originaria de Bali, que lucha contra la polución de productos plásticos y organiza campañas de limpiezas masivas de playas, y el sirio Mohamad Al Jounde, que se esfuerza por educar a los niños en los campos de refugiados.
El inicio lo marcó el dato optimista del FMI frente al crecimiento económico global, al asegurar que será un período de menos incertidumbre respecto de 2019. Si bien bajó las perspectivas dadas en octubre del año anterior, mantuvo la tendencia de recuperación al alza y ubicó en 3,3% el promedio mundial, que para América Latina será del 1,6%.
El calentamiento global fue uno de los principales protagonistas en el Foro. De hecho, como preludio se presentó el "Informe anual de riesgo global" (Global Risk), elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), que indicaba que las diferentes visiones sobre el desastre ambiental ocupaban los cinco primeros lugares de la lista de riesgos.
Sobre el particular corresponde mencionar el contrapunto que sostuvieron el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que en la primera jornada cargó contra los "profetas de la fatalidad" que predicen una catástrofe climática, y Thunberg, la activista sueca que demandó de nuevo acciones para superar la crisis del ambiente, así como compromisos para garantizar un futuro para su generación y las siguientes.
La cumbre no pretende tomar decisiones ni llegar a acuerdos ni brindar soluciones, sino fomentar el debate y sobre todo los contactos a nivel político y empresarial. Lo que no puede negarse es que ese ámbito es un termómetro para medir la temperatura económica, política y de liderazgo al mundo, y saber hacia dónde apunta su futuro.