Ecuador y su segunda vuelta elecctoral
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En medio de una ola de violencia sin precedentes, generada por las bandas criminales que se disputan el botín del narcotráfico, y agobiados por una grave situación económica con apagones en todo el país, los ecuatorianos deberán optar entre el actual presidente, Daniel Noboa, y la postulante del partido correísta Revolución Ciudadana, Luisa González, en una segunda vuelta electoral que tendrá lugar el 13 de abril, luego de que ninguno de los candidatos presidenciales favoritos consiguiera superar el 50% de los votos, necesario para triunfar, en la elección general del 9 de febrero último.
En una jornada electoral pacífica y sin mayores irregularidades, los resultados preliminares del Consejo Nacional Electoral (CNE) le asignaron a Noboa el 44,16% de los votos frente al 43,99 % de su principal adversaria. Una diferencia de apenas 17.000 votos. En tercer lugar figuró el candidato del movimiento indígena Leonidas Iza (Pachakutik), con el 5,26 % de los votos, una porción del electorado clave en la definición de la segunda vuelta. Si bien parece más cercano a González, el movimiento indígena aún tiene heridas abiertas por las difíciles y muy tensas relaciones durante los diez años del mandato de Correa.
La campaña para la segunda vuelta se presenta larga y complicada. Los candidatos pugnarán por captar el 12% de los electores que eligieron a candidatos diferentes en la primera vuelta, o los que optaron por el voto nulo o en blanco, casi el 9%.
La violencia narco en Ecuador escala a niveles sin precedentes. Las disputas entre bandas por dominar el tráfico de drogas llevaron al país a convertirse en uno de los más peligrosos de América Latina, motivo por el cual el presidente Noboa declaró varios estados de excepción, justificando estas medidas como necesarias para combatir la creciente inseguridad y el narcotráfico.
El resultado de su política fue una reducción del 18% en la tasa de homicidios en comparación con el año 2023. Sin embargo, enero de 2025 fue el mes más violento de los últimos tres años, con 731 asesinatos. Hace pocos días, un oficial de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), el coronel Porfirio Cedeño, comandante del Grupo de Operaciones Especiales a cargo de operativos contra el narcotráfico, fue acribillado por sicarios que le dispararon al menos 20 veces, cerca de la Penitenciaría del Litoral, la más poblada y peligrosa del país.
La candidata González no ha logrado desmarcarse de la sombra negativa que le significa ser ungida por el izquierdista Rafael Correa, ni ha disipado el temor de que, si es elegida, pueda favorecer al expresidente, juzgado en ausencia por corrupción y condenado a ocho años de cárcel luego de dejar el poder en 2017.
La segunda vuelta electoral se presenta desafiante. La participación ciudadana será fundamental para garantizar que el nuevo gobierno sea representativo de los intereses y necesidades de la población ecuatoriana. No solo deberá dar respuesta a la crisis económica y de seguridad, sino también garantizar el pleno funcionamiento de las instituciones democráticas.
