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El ejemplo del diálogo interreligioso
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En los últimos años se ha consolidado firmemente en la Argentina el diálogo interreligioso. Los representantes de los distintos credos -judíos, musulmanes, católicos, ortodoxos, bautistas, evangélicos y cristianos de las diversas orientaciones- se reúnen periódicamente a orar en conjunto por el bien de la Nación y, con frecuencia, a intercambiar sus puntos de vista respecto de los problemas nacionales.
Los argentinos debemos celebrar vivamente esta tendencia de las diferentes comunidades religiosas de nuestro país a encontrarse para intensificar sus vínculos y profundizar sus coincidencias. En momentos en que los principales sectores de nuestra vida política y social eligen irresponsablemente el camino de la confrontación y el agravio recíproco, arrastran a la República hacia horizontes de incertidumbre y ahondan en la población las divisiones más negativas y los resentimientos más oscuros, las organizaciones religiosas nos están brindando un valiosísimo ejemplo moral al encaminarse hacia el diálogo constructivo y al buscar permanentemente los caminos adecuados para superar sus diferencias históricas y sus viejos desencuentros.
La sociedad argentina debería detenerse a valorar en todo su significado la lección de madurez y elevación espiritual que le está llegando todos los días desde el ámbito de la religión.
El diálogo interreligioso es una herramienta fundamental para una sociedad cada vez más necesitada de gestos y manifestaciones que inviten a privilegiar el espíritu de unidad y de acercamiento entre los hijos del país, por encima de la provocación y de las fisuras abiertas por el autismo social y político.
Corresponde que nos sintamos orgullosos de los sucesivos encuentros de confraternidad interreligiosa y ecuménica que se están realizando en nuestro suelo y, sobre todo, por el hecho de que el diálogo entre los credos se esté orientando cada vez más al análisis conjunto de los problemas concretos que afronta hoy la sociedad argentina.
Pasado mañana, según se ha anunciado, habrá en nuestra ciudad un encuentro interreligioso durante el cual se analizarán y debatirán con espíritu crítico los contenidos de las programaciones que emiten a diario en la Argentina las emisoras de radio y televisión. Los representantes de los diferentes credos se sumarán así a un movimiento que ha ido cobrando fuerza en las últimas semanas: el reclamo contra la progresiva degradación del lenguaje que impera en algunos medios de comunicación masiva y la protesta contra los contenidos obscenos y denigratorios de la condición humana que prevalecen a menudo en los programas difundidos por radio o TV.
Para el 5 del mes próximo está anunciada la realización de una jornada de confraternidad argentina judeocristiana, que estará dedicada al tema "La sexualidad como vínculo de comunión". Este tercer encuentro participativo entre judíos y cristianos será, como los anteriores, de entrada libre y gratuita.
Bienvenido el ejemplo que están dando las organizaciones religiosas. La sociedad en su conjunto debería seguir el ejemplo que le llega desde el campo de la fe y empezar a transitar también el camino de la reflexión madura y solidaria, superadora de grietas, enconos y divisiones que condicionan negativamente el porvenir.
No está de más recordar aquí el texto de la oración ecuménica que se ha creado para acompañar, en nuestro país, estos encuentros entre los diferentes credos:
"Buen Dios, concédenos renovar nuestra mente y nuestro corazón dando testimonio de tu presencia a través de nuestras acciones.
"Que seamos todo lo que exigimos que los demás sean para nosotros.
"Que cuando me falten fuerzas, pueda encontrar el entusiasmo y la alegría siendo útil a mi familia, a mi comunidad, a mi pueblo y a mi país, y así se dignifique nuestra vida.
"Que tengamos presente que cambias la situación de un pueblo sólo cuando éste se cambia a sí mismo."
