#HambreNo
Un grupo de personalidades de distintos sectores lanzó una campaña para exigir que quien gane las elecciones otorgue prioridad a un vergonzoso flagelo
Los argentinos debemos aprender a sobreponernos a muchísimos prejuicios construidos laboriosamente durante años y que lucen largamente desactualizados. Uno poco tangible pero claramente perjudicial es el que nos asocia colectivamente con aquel "granero del mundo" del que hablaban nuestros abuelos, en referencia a nuestro vasto y rico territorio. Como si pudiéramos descansar solo en la prodigalidad de una tierra para que a nadie le falte el alimento cuando hemos tristemente demostrado nuestra capacidad para doblegar incluso a la naturaleza con nuestra desorganización.
Desgraciadamente, la realidad nos abofetea con porcentajes de pobreza e indigencia que avergüenzan. Estamos hablando de personas que no llegan a satisfacer sus necesidades básicas, incluidas las de alimentación, que son mucho más que un número y mucho más que un conjunto de potenciales votantes a la hora de captar voluntades de cara a una contienda electoral, alejados de falsas promesas y discursos. Tres millones de bocas, la mitad de niños y adolescentes. Un vergonzoso escándalo.
En este año de elecciones, un grupo de personalidades destacadas de distintos sectores, junto a organizaciones sociales y barriales, acaban de lanzar la campaña #HambreNo para exigir que quien resulte ganador en las urnas otorgue prioridad a la resolución de este flagelo dentro de los 100 primeros días de su gestión. Para sumar apoyos, invitan a la ciudadanía a suscribir un manifiesto de adhesión y apoyo a la iniciativa (http://www.hambreno.com.ar/como-participar.php). "Hay una emergencia social y humanitaria y tenemos que hacer algo y hacerlo ya", expresan y aclaran: "Gritaremos si hace falta". Apelan así a los lazos de una solidaridad activa y comprometida, que deben agilizarse sin más demoras.
Por su parte, quienes tanto trabajan en este campo desde la Red Argentina de Bancos de Alimentos (Redbda) recibieron, como cada dos años, la visita de los directivos de The Global Foodbanking Network (GFN), institución que agrupa a 800 redes de Bancos de Alimentos en 30 países. Una vez más, esta supervisión se tradujo en una recertificación de la red local, un sello de calidad que brinda seguridad y confianza a quienes donan alimentos, confirmando que el profesionalismo en las distintas tareas dirigidas a incrementar el rescate y distribución de alimentos está ampliamente garantizado.
Quienes hacen mucho y bien y quienes quieren hacer constituyen un binomio con una enorme potencialidad que cada uno de nosotros debe también apoyar. No será solo desde la política como podremos superar la trágica realidad del hambre que viven tantos compatriotas. No podemos pensar en articular soluciones y consensos cuando tantos interlocutores no pueden sentarse a la mesa. Nuestro compromiso personal debe ser indelegable y desde las urnas deberemos exigir también a nuestros candidatos que esta sea una prioridad en cualquier gestión.