Lula, libre, pero no exculpado
Como sucede en distintos rincones de América Latina, también Brasil está socialmente fracturado. Dos grandes grupos se yerguen en el extenso territorio del país vecino. Uno de ellos coincide ideológicamente con las visiones políticas del actual presidente, Jair Bolsonaro. El otro, en cambio, pareciera alinearse detrás de las propuestas más izquierdistas del expresidente Lula da Silva.
Lula estuvo más de un año preso, luego de haber sido condenado por corrupción en dos instancias judiciales. No obstante, la Corte Suprema de Brasil acaba de ordenar su liberación por motivos procesales.
La decisión judicial nada tiene que ver con la eventual culpabilidad por la comisión de actos de corrupción.
Luego de dos decisiones judiciales en contra, la cuestión se centra en determinar si alguien debe o no quedar sometido a prisión preventiva, aun cuando se pueda continuar apelándolas en instancias posteriores, ante otros tribunales.
La Justicia brasileña decidió recientemente que eso no es necesariamente así y que, pendientes otras instancias de apelación, la prisión preventiva no corresponde por no haber quedado firme.
El presidente Bolsonaro sigue sosteniendo, con fundadas razones, que la liberación de Lula no lo exonera de su eventual culpabilidad, cuestión sobre la cual la Justicia brasileña aún no se ha expedido.
Las actuaciones continuarán previsiblemente su curso y en los próximos meses esta última cuestión será decidida.
LA NACION