Trump tensa la democracia
Este año había comenzado auspiciosamente para el presidente de los Estados Unidos,Donald Trump. Exonerado del impeachment, la economía crecía y las perspectivas para su reelección pintaban positivas. Pero en marzo llegó el Covid-19 y, desde entonces, su aspiración a un segundo mandato comenzó a complicarse. Al presidente norteamericano el coronavirus le ha cambiado su plan de ruta, sus estrategias y su discurso. Y en muchos temas luce tan desorientado y errático como ante la gestión de la pandemia.
Si las elecciones fueran hoy, según las encuestas, Joe Biden, su competidor demócrata, ganaría tanto en el voto popular como en el colegio electoral, que es el que elige al presidente. Sin embargo, no hay que olvidar que, a estas alturas, hace cuatro años, Donald Trump también perdía en las encuestas. Darlo por derrotado, por tanto, no es realista. Pese a los embates, hay millones de votantes que lo siguen apoyando con fervor.
Por su parte, Trump está empeñado en agudizar la polarización para obtener réditos electorales. El envío de agentes federales para reprimir protestas, en su mayoría pacíficas, busca posicionarlo como el candidato de la ley y el orden, como él mismo lo pregona ante las recientes manifestaciones antirracistas. La pandemia hace prever que mucha más gente que en otras ocasiones opte por votar por correo, ante lo cual el mandatario ha lanzado una fuerte advertencia. Aduciendo que los votos por correo pueden llevar a la elección más inexacta y fraudulenta en la historia de los Estados Unidos, el presidente sugirió retrasarla hasta que las personas puedan votar de manera adecuada y segura. Ha sumado así un nuevo elemento de discordia y confusión.
Aunque está claro que solo el Congreso puede tomar decisión de aplazar las elecciones, algo sin precedente ni siquiera en medio de guerras, su solo enunciado ha conmocionado el ambiente político de un país que todavía no se acostumbra a los frecuentes terremotos disparados por el presidente a través de Twitter.
En la misma dirección, Trump adoptó decisiones muy cuestionadas dirigidas a limitar la capacidad del Servicio Postal, luego de advertir que el servicio no puede garantizar que todas las boletas electorales enviadas por dicha vía para la elección de noviembre lleguen a tiempo para ser contadas. Los votantes y los trabajadores postales advierten que se está gestando una crisis que podría privar de sus derechos a un número récord de estadounidenses que deberán votar por correo.
En la oposición demócrata afirman que las acusaciones referidas a que el voto por correo causará un fraude electoral no son más que una estrategia política para deslegitimar los resultados de una elección en la que, según las encuestas, sus oportunidades de ganar disminuyen cada vez más. Quedan por delante más de dos largos meses hasta la elección presidencial y reina la incertidumbre. Mientras Trump pone a prueba las instituciones, la ciudadanía estadounidense espera las elecciones para reafirmarlas.