“Una Sola Tierra”
Impulsado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el mes pasado se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente con el claro objetivo de concientizar a la sociedad sobre la importancia de garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales. Este año la fecha llevó como lema distintivo “Una Sola Tierra”, el mismo que se utilizó en la Conferencia de Estocolmo de 1972, en la que hace medio siglo se colocó el problema del ambiente en la agenda de urgencias del mundo.
La Tierra se enfrenta a una triple emergencia planetaria: el clima se calienta a un ritmo demasiado rápido para que las personas y la naturaleza se adapten, la pérdida de hábitat y otras presiones sobre la naturaleza han derivado en que aproximadamente un millón de especies esté en peligro de extinción y la contaminación continúa envenenando nuestro aire, tierra y agua.
Según el informe sobre el estado del clima mundial de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), cuatro de los indicadores claves del cambio climático alcanzaron valores sin precedentes en 2021.
La actividad humana está afectando a escala planetaria las concentraciones de gases de efecto invernadero, la subida del nivel del mar, el contenido calorífico del océano y su acidificación. El informe también alerta sobre el aumento de las temperaturas, al confirmar que los últimos siete años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia.
Por su parte, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señaló en su último informe que este es generalizado y se está intensificando. Afecta especialmente al ciclo del agua, cuya alteración provoca lluvias más intensas e inundaciones asociadas, así como sequías más acentuadas en muchas regiones de las cuales nuestro país no está exento.
El referido panel de expertos destacó los daños sustanciales y las pérdidas irreversibles en todos los ecosistemas. Tal es el caso del récord de hielo derretido de los glaciares, que ocasiona un deterioro irrecuperable, y el ascenso del nivel del mar que provoca las inundaciones que afectan y afectarán las zonas costeras de la tierra, donde vive casi el 40% de la población humana.
Un planeta sano fomenta la prosperidad de todos. Es exclusiva responsabilidad de cada uno de los seres humanos diseñar e implementar las acciones pertinentes para lograr una sociedad más sostenible. Y en esa tarea cualquier contribución es importante. No solo la que puedan hacer los gobiernos mediante la adopción de políticas públicas, o los empresarios mediante el desarrollo de modelos productivos más generosos con el entorno ambiental, sino la que hagamos todos los ciudadanos.
Tal como menciona la ONU este planeta es nuestro único hogar y por tal razón obliga a prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y océanos para evitar una inminente catástrofe climática. La tierra necesita ayuda y el tiempo se acaba.
LA NACION