Valores cristianos en la empresa
Revista Criterio

Sin empresarios o empresas sólo sería posible una actividad económica rudimentaria e individual, como aquella que caracterizaba a las sociedades primitivas.
Los empresarios tienen el rol de asociar los diversos factores de la producción, como maquinarias, insumos, mano de obra y tecnología para producir bienes y servicios variados, que hacen a nuestro bienestar general. Esta tarea constituye una auténtica vocación, en sentido humano y cristiano, y debe considerarse a pleno título como “trabajo”.
A pesar de su relevancia social, sorprende que los empresarios en general no gocen de una buena imagen en la Argentina, ni sean reconocidos.
Esa percepción quizás tenga que ver en parte con ciertos comportamientos oportunistas de algunos sectores productivos en distintos momentos de la historia, pero no es suficiente como justificación.
Distinto es lo que sucede, por ejemplo, en países vecinos como Chile, Uruguay y Brasil.
El papa Francisco ha señalado las luces, pero también las sombras, del trabajo empresarial. Con esa óptica se puede formular que producir bienes y generar innovaciones, muchas veces coexiste con comportamientos oportunistas y corruptos. En este sentido, el marco regulatorio y la fuerte presencia del Estado y sus prebendas generan un campo propicio para que los hombres y mujeres de empresa argentinos no siempre orienten sus energías hacia iniciativas productivas.
En síntesis, el orden social será tanto más sólido cuanto más logre articular una fructuosa coordinación entre el interés individual y el de la sociedad en su conjunto.
FUENTE: REVISTA CRITERIO