Coronavirus: la estrategia de Paraguay para luchar contra dos epidemias al mismo tiempo

Con 37 casos y dos fallecidos, Paraguay es por ahora uno de los países con menos contagios de coronavirus en la región. El dato es relevante si se tiene en cuenta que ese país está siendo golpeado además por la peor epidemia de dengue de su historia, en la que incluso se contagió el presidente Mario Abdo Benítez , y ya dejó 51 muertos desde octubre.

Sin embargo, en una entrevista con LA NACION, el ministro de Salud Julio Mazzoleni, consideró que el dengue funcionó en realidad como un ejercicio intensivo de adiestramiento y alerta para todo el sistema de salud que ahora debe enfrentar también al coronavirus. Paraguay fue el primer país de la región que prohibió el ingreso de viajeros desde China el 5 de febrero cuando aún no tenía ningún caso de Covid-19, y también fue el primero en suspender las clases y cancelar los eventos masivos el 11 de marzo, con dos casos confirmados. A eso se suma ahora la cuarentena total.

"Creo que una de las claves de nuestra estrategia fue ese martillazo inicial contra el virus para intentar frenar la epidemia desde sus comienzos", explicó Mazzoleni.

-¿Cómo se lucha contra dos epidemias al mismo tiempo, dengue y coronavirus?

-Nosotros tuvimos el pico de notificaciones de dengue a mediados de febrero. Desde ahí la curva comenzó a descender, y ya se encuentra en los niveles de octubre pasado cuando tuvimos el alerta epidemiológica. En este momento hay unas 4000 notificaciones de dengue por semana. Esa presión sobre un sistema de salud limitado como el paraguayo nos obligó a aceitar los mecanismos para una máxima eficiencia. Por ejemplo, tuvimos que aprender a ordenar el flujo desbordante de pacientes que llegan a los hospitales, hacer una derivación rápida a las diferentes áreas, lo que se llama el triage. Eso nos brindó un gran entrenamiento para el coronavirus.

-¿A qué atribuye la cantidad relativamente baja de casos de coronavirus en Paraguay, si se la compara con otros países de la región?

-Estamos en una fase inicial de la epidemia y quiero manejar con cautela los números. Pero desde el comienzo hubo un abordaje muy honesto de que el sistema de salud paraguayo es frágil, y que por eso no podíamos darnos el lujo de demorarnos en tomar medidas drásticas como la prohibición del ingreso de ciudadanos chinos, la suspensión de clases, el distanciamiento social, o ahora la cuarentena. En una semana evaluaremos si tenemos que mantener la cuarentena total o alcanza con el distanciamiento social.

-¿Cuál es la reacción de la gente?

-Hay un apoyo muy importante de toda la población. Cuando uno toma medidas tan drásticas, la respuesta puede ser incierta, pero la gente está siendo muy obediente. Eso creo que es un punto clave para evitar la propagación.

-¿Cómo se decidirá la extensión que debe tener la cuarentena?

-En el coronavirus nadie sabe la estrategia correcta. Las más exitosas para nosotros parecen ser las de Corea el Sur y Singapur, que se basan en el aislamiento extremo y el testeo masivo. Lo que queremos es: primero tener una noción de la velocidad de propagación de la enfermedad en Paraguay, y luego aplanar la curva epidémica con el distanciamiento social y la cuarentena. Si logramos eso podremos hacer más adelante una suerte de mantenimiento controlado de la epidemia, relajando las medidas que fuimos tomando.

-¿Cuándo estiman que la curva llegará a su pico en Paraguay?

-En los modelos matemáticos que estamos haciendo, con la salvedad de que se trata de una enfermedad casi desconocida, estamos esperando el pico para la segunda quincena de abril.

-¿Cómo están coordinando esfuerzos en el Mercosur?

-Hay una información muy fluida de vigilancia de salud, donde nos transmitimos rápidamente los detalles de los casos que van apareciendo y su localización. También nos ponemos de acuerdo en cómo vamos a trabajar en las fronteras, el tránsito de connacionales que queden varados. Estamos evaluando compras conjuntas de remedios, equipos e instrumental médico. Todo eso lo manejamos de manera regional. Realmente hay una conciencia muy grande de que esta es una lucha de todos juntos.