Desafíos para la democracia regional
El extraño y veloz proceso de juicio político que culminó con la destitución del presidente Fernando Lugo por parte del Congreso paraguayo generó una reacción igualmente rápida y contundente por parte de la comunidad sudamericana.
La inmediata movilización de un grupo de cancilleres sudamericanos hacia Paraguay -por iniciativa de Brasil- con el propósito de revertir el proceso dejó claro el entendimiento sellado por la Unasur respecto de que la continuidad democrática es actualmente una responsabilidad regional.
Las declaraciones de los diferentes mandatarios que identificaron el proceso paraguayo como un golpe contra el Estado de Derecho se tornaron tan importantes como la mención de los recursos institucionales de los cuales se dispone para sancionar a los nuevos gobernantes de Paraguay.
Por fortuna, América del Sur cuenta en la actualidad con sus propios instrumentos legales para reafirmar el compromiso con la gobernabilidad democrática, dado que las cartas constitutivas tanto de la Unasur como del Mercosur establecen el sistema democrático como requisito indeclinable para sus Estados miembros.
Cabe recordar que en los primeros años del Mercosur fue gracias a la realidad de Paraguay que se corrigió una imperfección del Tratado de Asunción, incluyéndose una cláusula democrática (Protocolo de Ushuaia, 1998) como consecuencia de la solución a la crisis política paraguaya de 1996. En esa ocasión, la Argentina y Brasil se involucraron de modo directo en el proceso de negociación que permitió la superación de la impasse entre las fuerzas políticas y militares internas, y aseguró la continuidad del gobierno de Juan Carlos Wasmosy.
También resulta importante tener en cuenta que esta misma cláusula funcionó como precedente para que éste sea un requisito incluido en la carta constitucional de la Unasur. Para un país mediterráneo como Paraguay, este tipo de condicionalidad puede tornarse aún más costoso. Hay que tener en cuenta que más del 40%de las exportaciones paraguayas están destinadas a los mercados de sus vecinos.
Debe considerarse también el riesgo de la suspensión de las inversiones del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem), que tiene el 70% de sus recursos destinados a proyectos en territorio paraguayo.
Estas serán las principales decisiones colectivas que serán consideradas en la cumbre del Mercosur que se realizará en los próximos días. En esta ocasión, se tendrá que cambiar la secuencia de la rotación del presidencia pro témpore del bloque, ya que Paraguay era el próximo en la fila.
Costos
La asfixia de la economía paraguaya por parte de los países vecinos, sea cual fuere la motivación, resucitaría los sentimientos nacionalistas y tendencias de aislamiento regional, ya por demás conocidos en Paraguay.
Por qué estos costos no pesaron para los sectores de la oposición que forzaron el fin del gobierno Lugo es una pregunta que aún deber ser contestada.
De todas formas, la realidad plantea nuevos desafíos hacia dentro y hacia fuera. Hoy por hoy, el horizonte de encapsulamiento, combinado con una presencia creciente del crimen organizado y la mano siempre extendida de algunos segmentos del gobierno norteamericano, podrá abrir un capítulo aún más desafiante para la consolidación de una comunidad sudamericana democrática y soberana.
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