Dudas y hermetismo: la muerte de cinco generales en diez días dispara teorías conspirativas en Cuba

CARACAS.- La muerte de cinco generales cubanos en los últimos diez días unida al oscurantismo informativo que las rodea ha disparado distintas teorías conspirativas en medio de la represión gubernamental tras las protestas del 11-J. Medio siglo de férrea censura informativa y de falta de acceso a la información han provocado el desarrollo de la popular “radio bemba”, la fábrica de todo tipo de rumores alimentados y engordados en sus calles. Casi como se tratara de una telenovela de ficción sobre personajes reales de un proceso revolucionarios que ya dura 62 años.

La edad avanzada de cuatro de los generales, octogenarios en retiro y que lucharon con los barbudos de Sierra Maestra en la década de los 50 en el siglo pasado, descartan en principio tales conjeturas, que incluso incluían “purgas” por no apoyar la ola de terror impuesta por el castrismo para acallar a los jóvenes rebeldes.

En cambio, en el caso del más joven, el poderoso general Agustín Peña (59 años), al mando del Ejército Oriental y miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), se especula con la posibilidad de que estuviera contagiado de Covid-19, cuando la isla sufre la tercera y peor ola de la pandemia.

Cuba supera récords continentales de contagios y contabiliza hasta 80 muertos por día. Desde el principio de la pandemia hace 16 meses tanto disidentes dentro de la isla como expertos en el exterior han puesto en duda las cifras aportadas por el gobierno.

“Los hospitales están colapsados en algunas provincias, los fallecimientos podrían triplicar las cifras oficiales y el sistema de salud cubano sencillamente se ha quebrado”, denunció Alejandro González Raga, director ejecutivo del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).

Cinco muertos y poca información

El propio presidente, Miguel Díaz-Canel, lamentó en sus redes sociales el pasado 18 de julio la muerte del más joven de los generales fallecidos. “Sentidas condolencias a familiares, amigos y combatientes de nuestro Ejército Oriental, cuyo jefe, el general de división Agustín Peña, acaba de fallecer. Es muy dolorosa y triste la noticia”. Varios militares del alto mando acudieron al sepelio de Peña. En todo momento, las autoridades evitaron esclarecer el motivo del fallecimiento de un militar que fue visto en público durante la celebración del VIII Congreso del PCC, en el que participó como delegado y durante el cual fue elegido para el Comité Central.

Dos días más tarde, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar) informó acerca de la muerte del general de brigada de la reserva Marcelo Verdecia, de 80 años, reconocido por haber escoltado al líder Fidel Castro durante la lucha en Sierra Maestra. Ya en el retiro, se encargaba de dirigir la asociación de combatientes en Cienfuegos.

Los cinco oficiales de alto rango formaron parte del nudo más ortodoxo de la revolución. Tanto que el general de división en la reserva Rubén Martínez Puente, de 79 años, estaba procesado en Estados Unidos por su participación en el derribo de las avionetas de Hermanos Al Rescate en 1996, que costó la vida de cuatro activistas de la organización que se dedicaba a ayudar al rescate de los balseros cubanos que huían de la isla.

Su fallecimiento también fue hecho público por el Minfar. “Será cremado y sus cenizas se expondrán para el tributo familiar en fecha que se informará oportunamente”, aseguraron. Al tratarse del mismo procedimiento que se aplica a los muertos por Covid en la isla también se desataron los rumores.

En el caso del general de la reserva Manuel Lastres, su muerte fue anunciada por la televisión gubernamental. Su expediente confirmaba la misma consistencia revolucionaria del resto de los fallecidos: peleó a las órdenes del Che Guevara y de Camilo Cienfuegos durante la lucha contra la dictadura de Fulgencia Batista, también estuvo al mando de las tropas durante la guerra de Angola.

El más popular de los fallecidos es el general Armando Choy, de 87 años y origen chino. Actualmente coordinaba un grupo de historia de combatientes en Las Villas. Como militar retirado también trabajó en el saneamiento del puerto de La Habana y en el Ministerio de Trabajo.