El bar McSorley’s transitó épocas doradas y otras más complicadas durante su larga vida. Pasó de ser un bar exclusivo para hombres a recibir comensales sin distinción desde la década del 70
La encargada del establecimiento de Nueva York, Teresa Maher, dice que el secreto es simple: “mantener la cerveza fluyendo y la puerta abierta”. Y agrega “somos un lugar pequeño, pero somos muy conocidos”, comenta mientras sirve la bebida en forma constante: una cerveza más clara o una más oscura que han sido las únicas opciones alcohólicas desde que el bar irlandés abrió sus puertas.
“Después de 170 años, mucha gente se acerca a comprobar si todavía estamos aquí”. El bar, que celebró su aniversario el fin de semana con pastel y cantos, se vio obligado a capear la pandemia cuando Nueva York adoptó algunas de las reglas de aislamiento más estrictas de los Estados Unidos. Se construyeron asientos al aire libre para atender a los clientes cuando finalmente se relajaron las regulaciones sobre los bares.
Según un informe de 2022, uno de cada 25 bares, restaurantes y negocios de entretenimiento de la ciudad de Nueva York se perdieron debido a la pandemia. McSorley’s se ha librado de los aumentos de alquiler que han afectado a muchos locales y clubes de Nueva York, como Lucy’s, un pilar de East Village que cerró recientemente, supuestamente después de que un desarrollador comprara su contrato de arrendamiento. “Somos propietarios del edificio, lo que nos permite ganar un poco más de tiempo. Y nos atenemos constantemente a nuestro lema ‘Be Good or Be Gone’”, dice Maher, con las palabras talladas en madera oscura detrás de la barra.
El cliente más antiguo del McSorley es el bombero retirado Mike Rousso, de 93 años, cuyo casco adornado con el número 6 cuelga de la pared. Los vínculos del bar con los bomberos, la policía y el ejército se muestran de forma destacada. Gorras con visera, hombreras, esposas e insignias de rango adornan las paredes. Sobre la barra, una hilera de “huesos de la suerte” polvorientos cuelgan de una lámpara. Fueron colocados allí por las tropas del 69.º Regimiento de Infantería de Nueva York a quienes se les sirvió platos con pavo en 1917, antes de ser enviadas a Europa para luchar en la Primera Guerra Mundial.
La barra también recuerda los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 perpetrados por Al-Qaeda, que hizo estrellar aviones contra los rascacielos del World Trade Center a sólo tres kilómetros de distancia del local.
Los libros de registro del bar cuentan la colorida historia de McSorley’s, anteriormente conocido como The Old House at Home, con anotaciones de Cassius Clay (como llamaban al boxeador Muhammad Ali cuando lo visitó).
En cuanto al futuro, el hijo de Maher, Sebastian, de 19 años, está aprendiendo a manejar el negocio a la hora del almuerzo “Por supuesto que quiero dirigirlo algún día. Observo a mi mamá cómo hace las cosas y quiero ser como ella”, dice el joven mostrando con orgullo una foto de él detrás de la barra cuando solo tenía nueve años.
Con información de AFP