El inesperado gesto con el hombre que atropelló a su hija: “Fue Dios”

De manera imprevista, un accidente de tránsito marcó para siempre la vida de dos familias. Dos familias que lejos de haber quedado enemistadas tendrán un recuerdo trágico, y emotivo, de aquella fatalidad.

En la tarde del pasado sábado 15 de abril, Haghatta se encontraba jugando con sus amigos en el barrio Guaratuba, en la región metropolitana de Curitiba. Al salir corriendo detrás de una pelota fue embestida por Cauâ, que circulaba con su automóvil y no pudo verla dado que un colectivo le tapaba la vista.

A raíz del impacto, la nena de 10 años debió ser asistida por una ambulancia y trasladada a un hospital de la zona. En estado de shock, el conductor que acababa de atropellar a Haghatta comenzó a llorar desconsoladamente.

Al enterarse de que Haghatta ya estaba en la ambulancia, a punto de ser trasladada, su padre Maicom Pinto vio al hombre que había desencadenado la desgracia, pero lejos de descargar su ira, tuvo una actitud condescendiente con el conductor.

En diálogo con el programa Balanço Geral Curitiba, Maicon explicó qué hizo que reaccionara de esa manera. “En una palabra: fue Dios. Vi a ese hombre llorar y vi sinceridad en su rostro. Ese no era momento de pelear”, expresó el padre de la nena.

Fueron siete largos días. En una semana, las ganas de vivir de Haghatta pudieron más: la nena volvió a su casa junto a su papá y su mamá Ana Paulina.

Como si fuera poco, la emotiva historia tuvo un final aún más conmovedor. Tras enterarse de la recuperación de la nena, el propio causante del accidente se acercó hasta su domicilio para disculparse.

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