El país modelo contra el Covid-19 que ahora sufre récord de casos y protestas por la política sanitaria
Nueva Zelanda registró la cifra más alta de contagios desde el comienzo de la pandemia, mientras tiene dificultades para frenar las manifestaciones en el Parlamento
LA NACIONWELLINGTON.- Era el modelo ejemplar de la pandemia. Su primera ministra, Jacinda Ardern, se convirtió en la cara del éxito con su estrategia de “eliminación de la curva de contagios” basada en el cierre de fronteras y el establecimiento de cuarentenas cortas y estrictas. Sin embargo, Nueva Zelanda está ahora en un momento de crisis por el coronavirus. Mientras se habla en el mundo del fin de la fase aguda de la pandemia, el país registró el miércoles un número récord de casos de Covid-19, mientras los manifestantes contra las vacunas y otras restricciones festejaron el intento fallido de la policía de despejar los vehículos que bloqueaban las calles alrededor del Parlamento.
Las autoridades registraron ayer 1160 nuevos contagios en un día, la cifra más elevada desde el comienzo de la pandemia.
El país había liderado durante meses el Ranking de Resiliencia al Covid de Bloomberg durante meses para caer ahora al decimoquinto lugar, por debajo de Canadá.
La variante ómicron continúa propagándose por todo el archipiélago, en gran parte inmune al virus hasta agosto pasado.
En Nueva Zelanda, que registró un total de solo 53 muertes por Covid-19 entre sus 5 millones de habitantes, los manifestantes decidieron protestar contra las medidas sanitarias y la política de vacunación del gobierno.
Inspirados por el autoproclamado “Convoy de la Libertad” canadiense, la semana pasada bloquearon las rutas con autos, camiones y autocaravanas antes de acampar en el césped del parlamento en el centro de Wellington.
En los últimos nueve días, la situación se estancó y la policía se mostró relativamente pasiva, con la excepción de los violentos enfrentamientos del 19 de febrero, que dieron lugar a la detención de 122 manifestantes.
Pero los representantes de las fuerzas del orden endurecieron el tono anoche –el mismo día que el primer ministro canadiense Justin Trudeau invocó poderes de emergencia–, calificando las manifestaciones de “inaceptables” y anunciando grúas para despejar las calles.
El comisario de policía Andrew Coster afirmó que había pedido ayuda al ejército y advirtió que cualquier persona que obstruyera la operación “inminente” podría ser detenida.
Sin embargo, no se desplegó ninguna grúa este miércoles y, cuando la policía trató de tomar el control de una zona cercana a los vehículos estacionados, fueron recibidos por manifestantes en masa, que aplaudieron al ver que las fuerzas de orden se retiraban.
El subcomisario Richard Chambers defendió el enfoque prudente adoptado por la policía debido a la presencia de niños en los campamentos improvisados.
La manifestante Nicky Booth viajó más de seis horas desde la ciudad de Cambridge para unirse a la protesta en Wellington. “Quiero que nuestro país sea el país democrático en el que crecí. Quiero mi libertad, eso significa sin mandatos, sin vacunas obligatorias, libertad para viajar y libertad de reunión”, dijo. Y señaló que pensaba quedarse en el lugar hasta que se cumplan sus demandas de eliminar las restricciones pandémicas, “el tiempo que sea necesario”.
Agencia AFP
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