El Papa llamó a los fieles a rezar para "proteger a la Iglesia del diablo"

ROMA.- En medio de la peor crisis de su pontificado, con nuevos y demoledores informes de abusos sexuales cometidos por sacerdotes y un exnuncio que lo acusó de encubrimiento junto a muchos otros altos prelados del Vaticano, creando un clima de división e intriga, Francisco les pidió hoy a los fieles de todo el mundo que recen el rosario todos los días en octubre con un objetivo preciso: para "proteger a la Iglesia del diablo".

"[Para] proteger a la Iglesia del diablo, que siempre mira a dividirnos de Dios y entre nosotros", pidió el pontífice. "[Para que la Iglesia] sea cada día más consciente de sus culpas, errores, abusos cometidos en el presente y en el pasado y comprometida a combatir sin ninguna vacilación para que el mal no prevalezca", agregó.

Un comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede, que hizo el anuncio, explicó que hace unos días, antes de viajar a los países bálticos, Francisco se reunió con el padre jesuita Fréderic Fornos, director internacional de la Red Mundial de Oración para el Papa, a quien le pidió difundir en todo el mundo este llamado a todos los fieles, invitándolos, además, a concluir el rosario con la antigua oración Sub Tuum Praesidium (Bajo tu amparo) y con una oración a San Miguel Arcángel ("Que nos protege y ayuda en la lucha contra el mal").

"La oración, como afirmó el Pontífice el 11 de septiembre pasado durante una homilía en Santa Marta, citando el primer libro de Job, es el arma contra el Gran acusador que ‘gira por el mundo buscando cómo acusar’. Sólo la oración puede derrotarlo", recordó el Vaticano.

El comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede también recordó que "los místicos rusos y los grandes santos de todas las tradiciones aconsejaban, en los momentos de turbulencia espiritual, protegerse bajo el manto de la Santa Madre de Dios, pronunciando la invocación Sub Tuum Praesidium". Se trata de la oración más antigua dirigida a la Virgen, del tercer siglo, que dice: "Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro ¡oh siempre Virgen gloriosa y bendita!".

"Con este pedido de intercesión, el Santo Padre les pide a los fieles de todo el mundo que recen para que la Santa Madre de Dios ponga la Iglesia debajo de su manto protector: para preservarla de los ataques del maligno, el gran acusador y hacerla al mismo tiempo siempre más consciente de las culpas, errores, abusos cometidos en el presente y en el pasado y comprometida a combatir sin vacilaciones para que el mal no prevalezca", explicó el comunicado.

El Papa también pidió que la recitación del rosario durante el mes de octubre termine con una oración escrita por el papa León XIII (1878-1903), que invoca a San Miguel Arcángel -fiesta que se celebra hoy- para que defienda en la lucha contra "la maldad e insidias del demonio" y para que "encadene en el infierno a Satanás y a los espíritus malignos que dan vueltas por el mundo".

En sus más de cinco años de pontificado el Papa muchas veces habló de la presencia del diablo y del demonio y de la necesidad de luchar en su contra.

Su pedido a todos los fieles del mundo de rezar el rosario todos los días durante el mes mariano de octubre para alejar al diablo de la Iglesia justo ocurre en medio de una nueva fase del escándalo de abusos en la Iglesia -con la salida a la luz de informes en diversos países- y al día siguiente de la publicación de una segunda carta del exnuncio Carlo María Viganò, quien volvió a remover el avispero de intrigas y el clima de guerra interna en el Vaticano.

En esta segunda epístola, Viganò -quien causó conmoción al reclamar hace un mes la renuncia del Papa por considerarlo culpable de encubrir a un excardenal abusador- acusó a Francisco de calumniarlo por palabras que dijo en las últimas semanas en su misa matutina de Santa Marta, cuando se sintió indignado. "Comparó su silencio con el de Jesús en Nazareth ante Pilatos, comparándome a mí con Satanás, que siembra escándalo y división en la Iglesia, pero sin pronunciar mi nombre", aseguró Viganò.