El pico de casos recién afloja, pero la India ya se prepara para la tercera ola
Los expertos aseguran que es “inevitable”, por lo que el país asiático, uno de los más golpeados por el virus, redobla sus esfuerzos para alistar al sistema sanitario
NUEVA DELHI.- Hace dos meses, el Hospital Prakash Narayan, en la capital de la India, era literalmente un campo de batalla: tenía ocupadas sus 1500 camas para pacientes de coronavirus y estuvo peligrosamente a punto de quedarse sin oxígeno, no una, sino tres veces.
Ahora hay cama para el paciente que la requiera y oxígeno en cantidad. Ritu Saxena, subdirectora médica del hospital, ya no se pasa la noche atendiendo pedidos de familiares desesperados que buscan una cama, sino que está enfocada en el futuro: ya preparan el hospital para la próxima escalada de casos.
“Lo peor definitivamente ya pasó”, dice aliviada la doctora Saxena.
Pero ahora la India enfrenta el desafío de adelantarse a los acontecimientos, porque los expertos advierten que si no se toman medidas, la nueva ola pandémica está a la vuelta de la esquina. Las piezas claves de esos preparativos son un renovado impulso a la campaña de vacunación, mayores esfuerzos para fortalecer la infraestructura sanitaria, acopiar insumos, como tubos de oxígeno, y extender las redes de atención médica en las barriadas populares de las grandes ciudades y en las aldeas rurales más aisladas.
Los fabricantes de vacunas de la India, particularmente el Instituto Serum, están bajo presión para que escalen su producción y así puedan abastecer la urgente necesidad interna del país, mientras el resto del mundo espera que la India reanude sus exportaciones de dosis.
Un fracaso sería catastrófico. La India acaba de recibir un golpe pandémico con cifras oficiales de más de 4500 muertos diarios a mediados de mayo. Al día de hoy, apenas el 3,5% de los más de 1300 millones de habitantes de la India han recibido las dos dosis de la vacuna.
Y el reloj no se detiene. El momento e intensidad del próximo brote es difícil de predecir. El mes pasado, en declaraciones a la prensa, el doctor Krishnaswamy VijayRaghavan, experto científico asesor del gobierno, calificó de “inevitable” una tercera ola, debido a las mutaciones del virus, aunque agregó que el rebote del coronavirus podía morigerarse con fuertes medidas de prevención.
“Depende mucho de la efectiva implementación de las directivas sanitarias”, dijo en referencia a las medidas de control y contención de los contagios. “Es difícil, pero podemos y debemos hacerlo”.
El martes, la India registró casi 86.500 casos nuevos, la cifra más baja de los últimos dos meses, pero que sigue siendo la más alta del mundo.
La India también sigue registrando el número de fallecimientos diarios mas alto del mundo, más de 2000, que además, según los expertos, representa un subregistro abismal. Esta semana reabrieron por primera vez en varios meses los comercios y las empresas de Nueva Delhi y Bombay, ciudades que hasta hace poco eran el núcleo de la crisis pandémica del país.
La India fue sorprendida con la guardia baja por la ferocidad de la segunda ola, que se alimentó sobre todo de infecciones de la variante surgida en el país. Los hospitales se llenaron, los suministros empezaron a escasear, y por las aguas del Ganges empezaron a bajar los cuerpos de los fallecidos, testimonio de la escala de la catástrofe.
“La única pregunta es cuándo será”, dice Giridhar Babu, epidemiólogo de la Fundación de Salud Pública de la India, en referencia a una próxima oleada de la enfermedad. “Es esencial implementar una agresiva estrategia de contención.”
“No bien se detecte un foco de casos, ese virus debería ser aislado y secuenciado en busca de marcadores genómicas, para verificar su se trata de la misma variante o de una nueva”, dice Babu.
El experto dice que la otra forma de contrarrestar lo inevitable es acelerar y masificar la vacunación. Más de 230 millones de indios han recibido al menos una dosis de la vacuna, pero en un país del tamaño de la India, significa que apenas el 18% de la población está parcialmente vacunada.
Tras comenzar en enero con bombos y platillos, en los últimos meses la campaña de vacunación de la India se debilitó, justos cuando debía intensificarse.
Tuvo que intervenir de manera directa el primer ministro Narendra Modi. El lunes, revocó la decisión de su gobierno de darles participación a los gobiernos provinciales en la adquisición de las vacunas. La política había sido criticada por agravar la escasez en algunas regiones. A partir del 21 de junio, la compra del 75% del suministro de vacunas estará a cargo del gobierno central, y el 25% restante estará abierto a las adquisiciones privadas. En los centros de vacunación gubernamentales las vacunas contra el coronavirus serán gratuitas para todos los ciudadanos adultos.
La reversión de la medida llega días después de que la Corte Suprema criticara al gobierno por sus políticas poco claras.
Los médicos dicen que en la India la velocidad de la vacunación es crucial. “La rapidez de la vacunación juega un papel importante en la evolución de las nuevas variantes”, dice Lancelot Pinto, neumólogo de P.D. Hospital Hinduja, Bombay. El virus, dice Pinto, aprende a mutar y a propagarse entre quienes no estén vacunados.
“No podemos quedar en situación de que el ritmo de la vacunación sea tan lento que el virus nos pase por encima”, dijo Pinto.
En los últimos días quedaron expuestas las desigualdades en la campaña de vacunación, ya que los ricos pueden pagar las vacunas en hospitales privados, mientras que los pobres luchan para poder registrarse y reservar un turno por internet. Las autoridades de Uttar Pradesh, el estado más poblado de la India, están investigando una denuncia sobre un campamento de vacunación gratuita que se llevó a cabo en una elegante colonia residencial de Noida, utilizando dosis destinados a una pequeña aldea a pocos kilómetros de distancia.
En las zonas rurales, mientras tanto, los principales escollos siguen siendo las dudas sobre las vacunas y la falta de conciencia sobre la importancia de vacunarse.
Babu, el epidemiólogo, dice que el objetivo de la India debería ser vacunar completamente a toda su población vulnerable o a aquellos con comorbilidades, y administrar al menos una dosis al resto de los adultos. Para eso, la India necesitaría administrar 10 millones de dosis al día, un ritmo muy ambicioso frente a los 3 millones de dosis diarias aplicadas actualmente.
Con las vacunas nuevamente bajo el control de Nueva Delhi, los gobiernos estatales están trazando sus propios planes para los próximos meses. Los estados de Delhi y Maharashtra han creado grupos de trabajo especializado en pediatría: durante la reciente ola, los médicos reportaron un significativo aumento de casos graves de Covid-19 en niños y jóvenes.
Khusrav Bajan, especialista en cuidados intensivos y miembro del grupo de trabajo covid-19 de Maharashtra, dice que el estado está abriendo camas de terapia intensiva para niños y capacitando en protocolos de tratamiento a los prestadores de atención médica de las áreas rurales. También se pidió a los hospitales de más de 100 camas que instalaran plantas de oxígeno internas, para evitar la escasez.
“Ahora sabemos mucho más que antes”, dijo Bajan.
The Washington Post
Traducción de Jaime Arrambide
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