Elecciones en EE.UU.: la cautela en Europa y el único líder que avaló el triunfo de Donald Trump
BERLÍN.- En una elección sin definición y con Estados Unidos dividido en un profundo enfrentamiento ideológico, los primeros ministros y presidentes de todo el mundo se enfrentan a una cuestión delicada: cuándo felicitar a quién resulte ganador, especialmente dado el riesgo de que se impugne el resultado de las elecciones.
Por un lado, está la posibilidad de que el voto popular vaya en una dirección y el Colegio Electoral, que determina al ganador, en la otra. Además, el presidente Donald Trump ha alegado repetidamente que los votos por correo están sujetos a fraude, y anoche se proclamó ganador cuando aún restan computar millones de votos en varios estados y anticipó que recurrirá a la Corte Suprema para frenar el recuento de boletas enviados por correo.
"Uno querría ser rápido y claro al enviar felicitaciones, particularmente a un aliado tan importante", comentó un asesor de política exterior del líder de un país del norte de Europa. "Pero esta vez es arriesgado. No queremos equivocarnos o actuar demasiado pronto. Es posible que debamos esperar por un tiempo después del día de las elecciones".
Los asesores de política exterior recuerdan las elecciones de Estados Unidos de 2000, cuando una serie de líderes, incluidos los presidentes de Alemania y Francia, el primer ministro de Nueva Zelanda y los partidos gobernantes en Sudáfrica, Corea del Sur y Japón, enviaron felicitaciones a George W. Bush después de que las cadenas de televisión estadounidenses lo habían declarado ganador.
Pasarían otras cinco semanas antes de que la Corte Suprema fallara a su favor y finalmente le diera la victoria sobre Al Gore. Mientras tanto, algunos líderes retiraron sus felicitaciones y otros simplemente se quedaron callados.
La contienda de 2016 entre Trump y Hillary Clinton produjo un final igualmente reñido. La exsecretaria de Estado ganó el sufragio popular pero Trump logró los votos necesarios del Colegio Electoral.
Este año, Jean-Claude Juncker, expresidente de la Comisión Europea, declaró que era fundamental no enviar felicitaciones demasiado pronto.
"La precaución es la madre de la caja de porcelana transatlántica", dijo en una entrevista con ARD-TV de Alemania, usando una figura retórica alemana para transmitir cuán cuidadosamente debe manejarse la relación de la Unión Europea con Estados Unidos.
El asesor principal de otro líder europeo describió la situación como "complicada y delicada", y afirmó que dependía de qué tan claro fuera el resultado y si ambos candidatos lo aceptaban. Ambos podrían reclamar la victoria, sugirió.
También planteó otro enigma diplomático. Si Biden ganara, ¿no sería inteligente llamar a Trump para compadecerse también?
Las primeras reacciones en Europa
Aunque Donald Trump se proclamó ganador prematuramente, la mayoría de los líderes de gobierno en Europa permanecieron en silencio, sin tomar una posición ni anticipar saludos a los posibles ganadores.
Annegret Kramp-Karrenbauer, la ministra de Defensa alemana, dijo: "Es una situación muy explosiva que puede conducir a una crisis constitucional en Estados Unidos. Y es algo que debe causarnos una gran preocupación".
El primer ministro esloveno, pro-Trump y de extrema derecha, Janez Janša, dijo no tener dudas del triunfo republicano. Consideró válido el resultado en favor de Trump y criticó a los medios de comunicación. "Provocan retrasos y niegan los hechos", dijo. Eslovenia es, además, el país donde nació Melania Trump, la primera dama norteamericana.
Janša es junto a su homólogo y aliado húngaro, Viktor Orban, uno de los dirigentes europeos que apoyó la reelección del republicano. Sin dudarlo, anunció en su cuenta de Twitter el triunfo de Trump.
It’s pretty clear that American people have elected ?@realDonaldTrump? ?@Mike_Pence? for #4moreyears. More delays and facts denying from #MSM, bigger the final triumph for #POTUS. Congratulations ?@GOP? for strong results across the #US?@idualliance? ? pic.twitter.com/vzSwt9TBeF&— Janez Janša (@JJansaSDS) November 4, 2020
En el Reino Unido, Dominic Raab, el secretario de Relaciones Exteriores, pidió paciencia y dijo: "Respetamos los valores de la democracia y los controles y equilibrios reflejados en el sistema estadounidense".
Josep Borrell, líder de asuntos exteriores de la Unión Europea (UE), también mostró prudencia. "Mientras esperamos los resultados, la UE está lista para seguir construyendo una asociación transatlántica basada en nuestros valores e historia compartidos".
Un exsecretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, el conservador Jeremy Hunt, mostró preocupación por la posible batalla judicial y acusaciones de fraude. En una entrevista con la BBC, explicó: "Mi mayor preocupación es que nos olvidemos de que Estados Unidos es la democracia líder en el mundo. Si terminamos con una gran discusión sobre el proceso, y la gente habla de elecciones robadas por la izquierda o por la centro de derecha, lo que conseguiremos es ver sonreír a personas como el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder chino, Xi Jinping, que mirarán a su propia gente y le dirán '¿No están contentos de que no hayamos pasado por este lío?' Eso sería un desastre absoluto".
Rusia, que fue acusado de influir en el proceso de las anteriores elecciones, en 2016, aprovechó la situación para desmentir aquellas investigaciones. Konstantin Kosachev, presidente del comité de asuntos exteriores, analizó: "Rusia se beneficia de la certeza de que los perdedores no tendrán que recurrir a reclamos de interferencia extranjera. Es hora de que Estados Unidos vuelva a la política de la cordura, en cuyo caso siempre la apoyaremos".
En tanto, el presidente iraní, Hassan Rohani, dijo que el resultado de las elecciones de Estados Unidos no era importante para los gobernantes clericales de su país, pero hizo un pedido al próximo presidente estadounidense para que respete los tratados y leyes internacionales.
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