En una ansiosa Atenas, ya nadie sabe lo que puede pasar
Se multiplicaron las colas en los cajeros después del anuncio del corralito y el feriado bancario; desazón en las calles
ATENAS.– La incertidumbre de los griegos dejó lugar ayer a una contagiosa ola de ansiedad después de que el gobierno anunciara el feriado bancario y el límite a las extracciones. Muchos resignaron el domingo de playa para sumarse a una imagen que día a día se multiplica en Atenas: las colas en los cajeros.
En el centro de la ciudad, por lo menos una docena de cajeros dejaron de operar, lo que llevó a residentes y a turistas a lanzarse a una frenética búsqueda.
"No sabemos lo que pasa, es muy extraño", dijo Voula, una mujer que recorría la capital griega en busca de cajeros automáticos con dinero disponible. "Lo intenté en muchos cajeros, cinco, seis, ocho, diez, ni siquiera estoy segura", se lamentaba mientras intentaba extraer dinero en otro cajero. "Estoy muy ansiosa, muy enojada con el gobierno. Los odio. Han llevado a Grecia a una aventura muy peligrosa", señaló.
Tsipras anunció ayer que volvió a pedir a la Unión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) una extensión del programa de ayuda para el país, que le había sido rechazada el sábado. Las autoridades griegas convocaron una reunión del comité encargado de reaccionar ante las crisis financiera, después del fracaso de las negociaciones con el Eurogrupo, que acercan la posibilidad de que Grecia caiga en default.
La incertidumbre en la población comenzó hace unos días, después de que Tsipras anunciara la celebración de un referéndum sobre el proyecto de acuerdo entre Grecia y sus acreedores. Muchos ciudadanos prefirieron acercarse ayer a los cajeros en lugar de ir a la playa o a tomar el tradicional café del domingo.
Frente a una sucursal del Banco Nacional en los suburbios de Atenas, una veintena de personas esperaban pacientemente a pleno sol.
Otros no intentaron recuperar sus ahorros porque simplemente no los tienen. Por ejemplo, Stefanos Kollias, de 36 años, empleado en una empresa informática, que gana 11.000 euros anuales frente a los 15.000 euros que cobraba unos años atrás.
Andreas Nikolopoulos, de 40 años, explicó que todo su dinero lo tiene guardado en su casa. Este experto en seguridad no teme a los robos pero en cambio sí se preocupa por Grecia y augura un futuro "sombrío".
"Yo tengo familia en Australia, Canadá, y tengo una propuesta de empleo en Munich (...). Pero mis vecinos, los amigos, la familia, han caído en la trampa", dijo Nikolopoulos frente a la iglesia del barrio popular de Pangrati.
A unos metros de él, una joven sonriente de 17 años, Marina Stoianovich, quiso mantener la esperanza, incluso en caso de un "Grexit" (salida de Grecia de Europa): "Vamos a estar en un país diferente, vamos a controlar nuestra economía (...) Encontraremos el medio para hacerlo", declaró.
Para muchos griegos, el referéndum convocado para el próximo domingo no importa demasiado. "De todas maneras, las dos respuestas son malas: abandonar el euro o seguir con la austeridad", resumió Antonios Kouzis, de 72 años, cuya jubilación cayó de 1400 euros a 1000 euros mensuales.
"Tenemos miedo..., pero esperamos lo mejor; hemos tenido demasiados años malos", confió una anciana de 76 años que esperaba a una amiga sentada en un banco de la plaza Syntagma. "La gente quiere una buena vida, trabajo. Hay demasiados hombres y mujeres sin empleo. No es justo", afirmó.
En caso de que se realice el referéndum, una encuesta del instituto demoscópico Kapa para el diario To Vima, realizada entre el miércoles y el viernes, mostró que un 47,2% votaría a favor del acuerdo y un 33% en contra. Otro sondeo, el del instituto Alco, apuntaba a un 57% a favor de firmar el acuerdo y un 29% a favor de la ruptura.
Las encuestas se realizaron sin tener en cuenta que el gobierno ha pedido el "no", lo que podría llevar a algunos de los votantes de la coalición de Syriza y de los nacionalistas Griegos Independientes a darles su respaldo.
Si finalmente prospera el "sí", se abrirán las puertas a retomar inmediatamente la negociación, pero en el plano político se plantea la incógnita de si sería el actual gobierno el que volvería a la mesa del diálogo.
Tsipras ha asegurado que respetará cualquier resultado y que un rotundo "no" de la población reforzará la posición del gobierno en la negociación, pero desde el otro lado de la mesa –Bruselas–, el mensaje ha sido que el diálogo se retomará sólo en caso de una respuesta positiva de la población.
Agencias AFP, AP, EFE y Reuters
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