Entre sonrisas, un regalo para el nieto
Francisco le dio a Cristina unos zapatitos blancos; ella le presentó a Insaurralde, que está en campaña
RÍO DE JANEIRO.- Toda la compostura y formalidad que la presidenta Cristina Kirchner había mantenido ayer durante la misa en la playa de Copacabana se evaporó como por obra del Espíritu Santo después de su encuentro con Francisco .
"¿Cómo le va, abuela?", la saludó minutos después del oficio religioso, cuando con un afectuoso abrazo recibió a la Presidenta en una sala montada detrás del escenario, donde también estaban los otros presidentes que asistieron. "¡Abuela joven!", aclaró rápidamente el Papa, que pidió al resto de los jefes de Estado que no se ofendiesen, ya que tenía un regalo muy especial para Cristina Kirchner porque hace pocos días se convirtió en abuela.
"Me trajo un regalo para mi nieto, Néstor Iván; unos zapatitos blancos. La verdad, no me esperaba nunca que me trajera un regalo para mi nieto; son unas zapatillitas divinas. Acá están. ¡Mirá lo que son!", le dijo a LA NACION, todavía conmovida, la Presidenta.
Tan emocionada estaba la Presidenta con el encuentro con el Papa, que incluso se acordaba del nombre de su nieto, que hasta su perfecto maquillaje se había corrido de los ojos por alguna lágrima que soltó. Bajo el sol de Copacabana, no dudó en pedir la caja del regalo papal y mostró con mucho orgullo los zapatitos blancos y las medias que recibió junto a unos rosarios bendecidos.
"Yo le regalé un portafolio de cuero para que guarde las encíclicas", apuntó, y agregó que le parecieron "estupendos" los discursos de Bergoglio en Brasil. "Me encantó eso de que la Iglesia no es una ONG. Me encantó, me encantó", resaltó.
El Papa recibió en una sala montada detrás del escenario donde celebró misas sus invitados especiales: además de Cristina, estaban los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff; de Bolivia, Evo Morales; de Surinam, Desiré Bouterse; y los vicepresidentes de Uruguay, Danilo Astori; y de Panamá, Juan Carlos Varela.
Cristina fue la última de los presidentes que saludaron. Primero le correspondió a Rousseff, a quien agradeció por haber realizado la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro, y luego le dio un abrazo a Morales. A la Presidenta le dedicó más tiempo: le entregó el regalo envuelto en papel dorado, la felicitó por su nieto y le dijo además que sentía que su hijo Máximo y su nuera hubieran perdido un primer embarazo.
Tras superar el impacto inicial de la sorpresa, Cristina le presentó al Papa al intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, primer candidato a diputado bonaerense por el Frente para la Victoria, que estaba acompañado por su hijo Rodrigo, de 16 años. Era la foto que la Presidenta buscaba, y el momento fue registrado por los medios estatales, a los que dejó ingresar la comitiva presidencial, integrada también por el canciller Héctor Timerman; el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini; el secretario de Comunicación, Alfredo Scoccimarro, y el embajador argentino en Brasil, Luis María Kreckler.
Al ser consultado por LA NACION, el embajador Kreckler dijo que la Presidenta y Francisco no hablaron sobre cuándo el Papa tiene previsto viajar a la Argentina. Según dejó entrever el Vaticano, esa visita podría tener lugar recién en 2015, cuando el Papa haría una gira por varios países de la región.
"Me voy muy feliz después de que me dio una bendición y le expresé lo agradecido que estoy con Dios por haber podido recuperar mi salud, por darme una nueva oportunidad de vida. Voy a rezar por los bonaerenses y por todos los argentinos", señaló a LA NACION Insaurralde, que contó que gracias a un tratamiento oportuno superó un cáncer en los testículos.
Saludos y críticas
A la salida del perímetro de seguridad en torno del escenario, desde los balcones de algunos edificios sobre la rambla, varios vecinos cariocas reconocieron a la presidenta argentina y la saludaron a los gritos.
Ella, de excelente humor, respondió con besos al aire. Un par de voluntarios argentinos de la JMJ que andaban por ahí se acercaron a la Presidenta y le pidieron sacarse fotos con ella. Pero a otros peregrinos que estaban en Copacabana no les cayó muy bien la participación de Cristina en la misa, y mucho menos que hubiese invitado a Insaurralde, algo que fue interpretado como una maniobra política.
"Es increíble que haya venido. Los dos primeros días después de que Bergoglio fue elegido papa lo estuvo atacando como pudo. Le costó entender lo importante que es tener un papa argentino. Ahora intenta sacar rédito político de la JMJ trayendo a Insaurralde, pero le va a salir el tiro por la culata", opinó Mariano Ojeda, de 32 años, de Punta Alta.
Insaurralde menospreció las críticas. "No voy a hacer caso a esas acusaciones. Vinimos acá para seguir creando amor, solidaridad. Y el Papa es una persona muy generosa que nos atendió sin problemas", dijo antes de retirarse en un convoy oficial hacia el aeropuerto Tom Jobim para volar de regreso a Buenos Aires.
Los tuits de la Presidenta
- 21.45. El intercambio de regalos de Cristina con el papa Francisco
"Es para su nieto Néstor Iván" , no lo podía creer, zapatillas de cuero y medias. Divinos
- @CFKArgentina: CFK también con surprise, le tenía preparado un regalo. Portafolio de cuero: "Para guardar encíclicas". Se rió
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