Fratelli tutti: en su primer viaje fuera de Roma, el Papa firmó en Asís su nueva encíclica

ROMA.- Luego de celebrar una misa ante la tumba de San Francisco en la pequeña cripta de la Basílica Inferior de Asís, el Papa firmó hoy Fratelli tutti (Hermanos todos), su tercera encíclica sobre la fraternidad y la amistad social, que se difundirá mañana, fiesta del patrono de Italia.

En su primer viaje fuera de Roma desde el comienzo de la pandemia-su última salida fue la que hizo a la ciudad de Bari el 23 de febrero- y en una visita estrictamente privada debido a las medidas contra el coronavirus, antes de llegar a Asís el Papa visitó el monasterio de las hermanas clarisas de Spello, cerca de allí, donde se quedó a almorzar.

Más tarde en Asís, antes de firmar la encíclica en todas sus versiones en distintos idiomas, Francisco agradeció la labor de los prelados de la primera sección de la Secretaría de Estado que lo ayudaron en las traducciones, presentes en la celebración, junto a algunos frailes y monjas, el custodio del Sacro Convento de Asís, padre Mauro Gambeti, el obispo de la diócesis, Domenico Sorrentino y el cardenal Agostino Vallini, legado pontificio para las basílicas de San Francisco y de Santa María de los Ángeles de Asís.

Durante una misa en la que no pronunció homilía alguna, marcada por oración, silencio y simplicidad, se mostró muy concentrado. Es la cuarta vez que el exarzobispo de Buenos Aires peregrina hasta Asís, la ciudad del "poverello".

Fratelli tutti, una cita de San Franciso, es la tercera encíclica del Papa luego de "Lumen Fidei" (La luz de la fe), iniciada por Benedicto XVI y completada por él, del 29 de junio de 2013, y "Laudato Sí" (Alabado seas), del 24 de mayo de 2015 sobre la ecología integral.

Si bien hubo grupos de mujeres católicas que protestaron por el título de la nueva encíclica por considerarlo no inclusivo y discriminatorio y hasta pidieron al Papa en una carta abierta que lo cambiara por "Fratelli e sorelle tutti", el Vaticano recordó que se trata de una cita de San Francisco (al igual que la anterior encíclica, Laudato sí), y que el documento pastoral está claramente dirigido a toda la humanidad, sin distinciones de género.

Una humanidad que hoy, más que nunca, también herida por la pandemia, necesita de valores como la hermandad y la amistad social para volver a darle esperanza.