Julian Assange les exige a Inglaterra y Suecia que acaten el dictamen de la ONU y lo liberen

LONDRES.- El fundador de Wikileaks , Julian Assange , instó a Gran Bretaña y Suecia, desde la embajada de Ecuador en Londres donde vive desde 2012 como refugiado, que acaten el dictamen de un comité legal de la ONU que condenó su detención como "arbitraria".

El Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias (WGAD) "considera las diferentes formas de privación de la libertad a las que fue sometido Julian Assange como una forma de detención arbitraria", explicó el presidente del gremio, Seong-Phil Hong, experto surcoreano en derecho internacional.

Las acciones jurídicas de Suecia y el Reino Unido son responsables de la situación de Assange, dictaminó el grupo de trabajo de la ONU.

Los expertos llamaron a los gobiernos de ambos países a procurar que Assange pueda moverse libremente y consideran que el dueño del sitio de filtraciones debe recibir una indemnización por su exilio forzado en la embajada de Ecuador en Londres a partir de junio de 2012 y por la detención y el arresto domiciliario que había sufrido anteriormente desde diciembre de 2010. Reino Unido y Suecia ya rechazaron estas alegaciones.

"Corresponde ahora a los Estados de Suecia y el Reino Unido en su conjunto implementar el veredicto", dijo hoy Assange, de 44 años, en una conferencia de prensa por video, de la que participó su equipo legal, en el que figura el ex juez español Baltasar Garzón.

"Hemos logrado una victoria significativa", estimó el fundador de Wikileaks, considerando "insultante" la reacción del ministro de Exteriores británico Philip Hammond, quien tildó de "ridículo" el dictamen del Grupo de trabajo sobre detención arbitraria de la ONU.

"No es una victoria moral, es una victoria legal", estimó Garzón.

La reacción de los países

Tras conocerse el dictamen, Londres insistió en que el dictamen "no cambia nada" y afirmó que el fundador de Wikileaks "nunca estuvo detenido arbitrariamente por el Reino Unido (...). De hecho, está evitando voluntariamente una detención legal al elegir permanecer en la embajada ecuatoriana", según un comunicado del Foreign Office.

El ministro de Exteriores, Philip Hammond, tildó el dictamen de "ridículo" y a Assange de "fugitivo", durante una conferencia de prensa en Londres con su homólogo iraní. "La conclusión del grupo de trabajo es francamente ridícula y la rechazamos", dijo.

Suecia, por su parte, dijo que "no está de acuerdo" con el comité y que éste "no tiene derecho (...) a interferir en un caso en curso".

A pesar de que el dictamen de este grupo de juristas es legalmente vinculante, el WGAD no tiene poder para imponerlo.

Assange, un programador y periodista australiano de 44 años, había presentado en 2014 una queja ante el WGAD asegurando que se encontraba en una situación de "detención arbitraria" por no poder abandonar la embajada de Ecuador en Londres sin ser arrestado inmediatamente.

Sobre Assange pesa una orden de detención europea por una acusación de violación sexual en Suecia. El fundador de Wikileaks teme ser extraditado por Suecia a Estados Unidos y ser condenado a cadena perpetua en este último país por la publicación de documentos confidenciales estadounidenses sobre las guerras en Afganistán e Irak, así como cables privados de las embajadas estadounidenses con afirmaciones muy poco diplomáticas, en su plataforma de revelaciones en Internet.

El hombre que le proporcionó muchos de esos documentos, el soldado Chelsea Manning, cumple por ello una condena de 35 años de cárcel.

Assange había ofrecido entregarse este viernes al mediodía si el fallo le era desfavorable, y al contrario, instó a las autoridades a dejarlo salir sin importunarlo si la ONU le daba la razón.

Assange lleva desde junio de 2012 en la embajada ecuatoriana, cuando pidió asilo a Quito para evitar ser extraditado a Suecia.

Expectativa en la embajada

Decenas de periodistas y unos pocos manifestantes hacían guardia este viernes ante la embajada ecuatoriana por la posibilidad, nada segura, de que Assange salga.

La embajada está en el barrio de Knightsbridge, al lado de Harrods, los lujosos grandes almacenes, en una esquina que da a una callejuela sombría.

La habitación en la que vive Assange está dividida en una oficina y una sala de estar. Tiene una cinta para hacer ejercicio, una ducha, un microondas y una lámpara de luz solar artificial.

Los casi cuatro años de encierro de Assange han sido desgastantes para el australiano y muy caros para los británicos y los ecuatorianos.

Desde que entró a la embajada la policía británica instaló un fuerte dispositivo de seguridad para detenerlo si salía.

Pero Ecuador también se queja. El presidente ecuatoriano Rafael Correa se preguntó el jueves: "¿Quién va a resarcir el daño que se le hizo a Julian Assange y al Ecuador? ¿Ustedes saben cuánto cuesta mantener la seguridad en la embajada?".

"Hemos tenido intentos de espionaje y muchas otras cosas", denunció Correa, al tiempo que se mostró satisfecho de que se le haya dado la razón a Ecuador "después de tantos años" al considerar ilegal el confinamiento.

"Es tiempo de que dejen libre a Julian Assange", dijo por su parte el ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, en una entrevista con la televisión Telesur, tras el informe de la ONU.

Agencias AFP, EFE y DPA