La bahía en la que el muro no cayó
El 28 de octubre de 1494 Colón llegó a la costa del Japón. Es decir, él creyó que era el Japón, pero era la costa norte de la isla de Colba (Cuba). Como dice Samuel Eliot Morison: “No aparecieron ciudades de marfil y alabastro coronadas de oro, ningún caballero del Japón vestido con brocado, ciertamente no era éste el Japón, a no ser que Marco Polo fuera un embustero”.
Colón anotó: "Una bahía en forma de hoz... y es grande y de mucha profundidad". Era Guantánamo, pero sólo encontraron dos chozas, mucho pescado y grandes iguanas asándose, guardadas por un perro mudo. Ese fue el primer contacto de Occidente con la conflictiva Bahía Grande (hoy Guantánamo), el 30 de abril de 1494.
Desde 1898 fue ocupada por los norteamericanos, toma legalizada por la Enmienda Platt en 1902-1933. Las protestas cubanas habían comenzado, en rigor, incluso antes de la guerra de 1898.
Guantánamo comenzó a figurar en la historia moderna en 1742, cuando la ocuparon los ubicuos ingleses, en guerra con España, y el almirante Edward Vernon ordenó construir fortificaciones. Pero fracasó en tomar Portobelo y fueron abandonadas. Un siglo más tarde, el gobernador Leopoldo O´Donnell las reconstruyó (1846).
Todo el siglo XIX estuvo marcado en Cuba por negociaciones de Estados Unidos con Madrid para comprar la isla y también por la lucha por la independencia, en especial en la segunda mitad. La opinión estaba dividida entre los patriotas sobre pedir o aceptar apoyo norteamericano contra España (la mayoría), o no. El más notable en este sentido fue Antonio Maceo (1845-1896), que, en plena guerra, dijo que si su país era invadido por los norteamericanos estaba dispuesto a aliarse con los españoles contra ellos.
Al comenzar, finalmente, la guerra de 1898, que liquidaría los últimos restos del imperio español en América y en el Pacífico, los Estados Unidos puntualizaron que no tenían "intención ni deseo de ejercitar en Cuba soberanía, jurisdicción o dominio excepto para la pacificación de la isla" ("Resolution" del 19 de abril de 1898). La bahía de Guantánamo estaba prácticamente deshabitada, pero aun así su ocupación costó la vida de seis soldados norteamericanos.
En los años siguientes vinieron las elecciones para constituyentes y la "enmienda Platt", que debió incorporarse al texto constitucional y que consagró el derecho de los Estados Unidos a "intervenir" en la isla, así como el de comprar o arrendar las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales (artículo 7). En virtud de aquél, Washington volvió a ocupar Cuba (1906-1909) y por el segundo tomó Bahía Honda, en Cienfuegos (evacuada en 1912) y Guantánamo, considerada imprescindible para la defensa de Cuba, del Canal de Panamá y la doctrina Monroe. Se fijó el pago del arriendo en 2000 dólares oro anuales.
La base de Guantánamo es un enclave de 117 kilómetros cuadrados. La cerca que la rodea tiene 27,2 kilómetros de largo. Está a 80 kilómetros de la ciudad de Guantánamo.
Cuando el régimen castrista tomó el poder había un fluido tránsito que se cortó rápidamente. Los episodios de Bahía de Cochinos y la crisis de los misiles con Moscú agravaron las relaciones a ambos lados de la frontera. Hubo manifestaciones del lado cubano y por lo menos tres isleños cayeron por disparos desde la base.
Sin embargo, hasta enero de 1964 unos 3000 cubanos trabajaban allí. Fueron despedidos en tandas y hoy quedan apenas 20 que cruzan el límite cada día. Ese mismo año Castro cortó el suministro de agua y los Estados Unidos instalaron una planta desalinizadora. No hubo otros incidentes, pero la Constitución cubana de 1976 "repudia y considera ilegales y nulos los tratados, pactos o concesiones concertados en condiciones de desigualdad o que desconocen o disminuyen su soberanía sobre cualquier porción del territorio nacional".
En verdad, si Cuba nació a la historia con un error, la parte oriental -donde está Guantánamo- terminó con otro. Los norteamericanos excluyeron a las tropas revolucionarias cubanas de participar en los actos de la rendición española en Santiago.
A la base se la ha comparado con Pearl Harbor. Más acertado sería hacerlo con Gibraltar, por su carácter irritativo.
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