La economía, una bomba que le estallará al ganador

CARACAS.- Desde nuevas viviendas en asentamientos hasta dinero en efectivo para las madres en dificultades, la Venezuela de Hugo Chávez abrió las compuertas del gasto público para tratar de sacar ventaja en la que parece ser la elección presidencial más dura de su carrera.

La campaña de gastos puede ayudarlo a ganarse el apoyo de los indecisos y a aplastar el optimismo del candidato de la oposición, Henrique Capriles. Pero esa fiesta de gasto para conseguir votos dejará una pesada resaca poselectoral en la economía.

La inflación podría alcanzar el 35%, el peso de la deuda no parece frenarse y una tercera devaluación de la moneda ya resulta inevitable. Todos esos factores podrían obligar a Venezuela a apretar el freno monetario y fiscal en 2013.

La economía de Venezuela con el socialista Hugo Chávez ha refutado repetidamente las predicciones sobre su derrumbe. Con el precio del petróleo, puntal de sus exportaciones, a 100 dólares el barril, a los inversores los deja contentos poder cobrar las altísimas utilidades que rinden sus bonos, por más que Chávez siga adelante con las estatizaciones.

Pero el boom del consumo en Venezuela amenaza con aumentar su dependencia de los ingresos por el petróleo, con incrementar la vulnerabilidad de su economía frente a las caídas bruscas de los precios internacionales y con terminar de estrangular a la industria local, ya arrinconada por la inflación.

En los complejos habitacionales donde el gobierno está entregando viviendas a venezolanos que durante generaciones han vivido en la pobreza la idea de que el país no puede afrontar su nivel de gasto actual es considerada absurda.

"Por supuesto que hay dinero. El petróleo esta dando un montón de billetes", dijo Ruth Felisola, ama de casa de 44 años que acaba de mudarse a un complejo de 158 departamentos construidos por el Estado.

El uso de la riqueza del petróleo para financiar programas sociales al instante, sin embargo, ha demostrado ser poco efectivo para detener la escalada de violencia criminal que azota a Venezuela o la crisis energética de 2010 y sus crónicos cortes de luz.

El tratamiento al que debió someterse el año pasado por un cáncer no identificado dejó a Chávez fuera de la escena pública durante semanas, y las encuestas comenzaron a mostrar a Capriles en un cabeza a cabeza con el presidente. Pero el ex soldado ya ha recuperado el terreno perdido y las últimas encuestas lo muestran muy lejos a la cabeza de la intención de voto para octubre.

El apoyo con el que cuenta Chávez entre lo pobres no sólo depende de los programas financiados por el Estado, sino también del crecimiento. En 2011, la economía creció un 4%, y seguirá creciendo a un ritmo similar este año, gracias al aumento del precio del crudo y al gasto público. Pero mantener ese ritmo en 2013 será difícil, ya que la inflación va corroyendo el nivel de vida.

Chávez no es el único que ofrece la generosidad del Estado para ganar votos. Los gobernadores, intendentes y concejales de la oposición, que enfrentarán elecciones en diciembre, también hacen llover escuelas y fuentes de financiamiento sobre sus potenciales votantes.

Pero esos ofrecimientos quedan eclipsados frente a los de Chávez. Dos de ellos ofrecen un subsidio directo en efectivo a madres y personas de la tercera edad; otro promete capacitación y empleo para los desocupados.

"A Chávez le debo todo lo que tengo. Tengo una casa y ahora yo voy a tener trabajo. Sin él todo eso se vendría abajo", sintetizó Delkys Llamosa, un ama de casa de 27 años.

Traducción de Jaime Arrambide