Londres cuida a sus oligarcas rusos
LONDRES.- En octubre se vivió una singular escena en el club nocturno londinense Klitsch at Embassy: dos hombres jóvenes, de unos 30 años, hicieron la peculiar apuesta de ver cuál de ellos pedía más champaña. Rodeados de mujeres hermosas en el club conocido por sus espectáculos eróticos, los dos rivales rusos se desafiaron ante el asombro del resto de los invitados. Al final una gran cantidad de botellas de excelente champaña quedaron intactas y la factura ascendió a 131.000 libras (160.000 euros).
El arrebato de decadencia en el exclusivo barrio de Mayfair es tan sólo un ejemplo de lo presente que está el dinero ruso en la capital británica. Sin el rublo, Londres tendría un aspecto bien diferente.
El club de fútbol Chelsea se encuentra en la cúpula europea gracias a las inyecciones del multimillonario Roman Abramovich y los superyates en la ribera del Támesis están en manos rusas. En los prestigiosos hospitales privados se presentan muchas informaciones en cirílico.
Desde hace tiempo es un secreto a voces que una gran parte de los millones del gas y el petróleo ruso se invierte en Londres, a menudo en forma de costosos inmuebles. Pero también los bancos de la City mueven los petrodólares rusos para ganar aun más dinero. Legiones de abogados especializados en empresas, asesores e intermediarios financieros ganan abundantes cantidades de dinero con todo este tráfico.
Y el gobierno también facilita las cosas. En los últimos años, el Ministerio del Interior concedió la denominada "visa de inversor" a más de 400 ricos de Rusia. A cambio, los extranjeros tienen que invertir un mínimo de un millón de libras en bonos del Tesoro. Eso explica que en Downing Street sean pocas las ganas de imponer sanciones económicas a Rusia por la crisis de Crimea.
En los blogs económicos de Londres se especulaba esta semana que en realidad fue intencionado que los fotógrafos pudieran "cazar" con su objetivo el documento del gobierno en el que se mostraba una postura contraria a las sanciones. De esta forma, según los expertos, el gobierno de Londres colocaba ya en los medios el debate antes de la cumbre extraordinaria de la Unión Europea que se celebró ayer en Bruselas.
El entramado económico entre Gran Bretaña y Rusia tiene una dimensión enorme y llega a todos los sectores de la sociedad. La petrolera BP está ampliamente ligada a la empresa estatal rusa Rosneft. Tras un intercambio multimillonario de acciones, BP tiene el 20 por ciento del grupo ruso Rosneft, el mayor grupo energético del mundo.
Pero también hay ramificaciones pequeñas en las que se siente mucho más la influencia rusa en Gran Bretaña. Más de 2000 hijos de padres rusos acaudalados estudian en internados británicos, tal como arroja el censo del Independent School Council de 2013. Anualmente estos padres se dejan más de 100 millones de dólares en los estudios de sus hijos y eso que no se cuenta a los estudiantes en colegios privados.
Michael Donhauser
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