Lula ya tiene su propio diccionario
Atribuir la crisis financiera internacional a "rubios de ojos azules" o aventurar cómo Jesucristo y Judas actuarían en la política latinoamericana del siglo XXI no necesariamente deben atribuirse a las ocurrencias del mandatario venezolano, Hugo Chávez.
Su autor no es otro que Lula da Silva, el presidente más popular de América latina, con un 81% de aprobación según la última medición de IBOPE. Su picardía más reciente generó un gran malestar entre sus aliados políticos, tras opinar que "Si Jesucristo viniera para acá, y Judas tuviera voto en algún partido político, Jesús tendría que llamar a Judas para hacer una coalición".
Con su destacada formación política y sindical, una de las principales herramientas políticas de Lula es el uso de la palabra, algo que no abandonó tras su arribo a la presidencia: ya habló un 52% más que su antecesor, Fernando Henrique Cardoso. Habiendo tanto material disponible, la recopilación de las ocurrencias más célebres del titular del Palacio del Planalto era sólo una cuestión tiempo.
Ali Kamel, director de periodismo de la red O Globo, junto a la ayuda de Rodrigo Elías, materializaron esta idea en una obra titulada Diccionario Lula. Un presidente expuesto por sus propias palabras (Nova Fronteira, 2009).
Luego de confeccionar 1554 intervenciones de Lula repartidos entre discursos (847), entrevistas (503) y programas radiofónicos (204) entre enero del 2003 -año en que asumió su primer mandato- hasta marzo del 2009, el singular método de Kamel requirió de la asistencia de un programa electrónico enriquecido con el aporte de un analista de sistemas para detectar los 345 vocablos más frecuentados por el presidente brasileño.
En su diccionario, Kamel omite juicios de valor, pero sí orienta al lector desde la A hasta la Z sobre las distintas posiciones de Lula en torno a una misma palabra, siendo sumamente fácil encontrar simpáticas curiosidades y contradicciones del mismo hombre que pronunció sus distintas ideas frente a un mismo término.
Definiciones de Lula. "Corrupción", por ejemplo, para Lula está en "todos los sectores de la sociedad", siendo un mal que alcanza -siempre según él- a la policía, política, empresariado, y hasta el Poder Judicial (marzo 2008). No obstante, el presidente dice ser inmune a ella: "Ellos [la oposición] pueden acusar cualquier persona [de corrupción] en Brasil, eso puede llegar hasta la puerta de mi casa, pero ellos saben que no me van a acusar de corrupción porque saben que soy honesto" (julio 2007).
En la "D", Lula alude al diploma universitario que nunca logró obtener. Por un lado, se jacta de ello cuando dice que "no tengo un diploma universitario, pero este país va a estar orgulloso de cómo un mecánico (...) puede cuidar de este país mejor que algunos doctores que gobernaron durante tantos años" (mayo 2003), pero en junio del 2006 cambia su parecer: "Lamento profundamente no haber tenido un diploma universitario, realmente lo lamento (...) hasta me hubiera gustado ser economista, pero no lo fui".
La letra "L" es la más jugosa. Allí el lector se encuentra con varias páginas sobre un mismo vocablo: Lula. En él, el presidente brasileño se autodefine de varias maneras. Por un lado, cree que "todos los que quieren gobernar para entrar a la historia, acaban fracasando" (marzo 2003), pero cuatro años más tarde, arriesga que quedará en la historia como "el presidente que realizó la mayor política social (...) que construyó la mayor cantidad de universidades públicas" y quien llevó los "mayores beneficios para los pequeños agricultores en las regiones más pobres del país" (julio 2007).
Es de destacar que el Diccionario... sirve como una referencia de lectura obligatoria para quien desee conocer al presidente brasileño con mayor profundidad, ya que aun con algunas imprecisiones sobre sí mismo, cuenta la última vez que bebió cerveza ("cuando Brasil perdió contra Holanda, por 2 a 0, en el Mundial de 1974"), cómo lidia con su peso ("debo estar en 84 kilos, pero ahora estoy haciendo régimen y busco llegar a los 80") y que al día de hoy desconoce cuántos de sus hermanos continúan con vida ("yo tengo un total de 26 hermanos, 12 por el lado de mi madre, y 14 por la otra mujer de mi padre. No sé cuántos están vivos. De mi madre sé que hay siete vivos").
Sin duda, una de las teorías más interesantes que pueden encontrarse en el Diccionario es la que Lula denomina "metamorfosis ambulante", cuya definición revela su pragmática adaptación a los avatares de la política y el mundo: "Las personas [que] hoy dicen una cosa, mañana tienen que reconocer que se equivocaron (...) gracias a Dios, tenemos la inteligencia para no ser los dueños de la verdad y ser una especie de metamorfosis ambulante, mutando siempre" (mayo 2007).
Aunque quizás la mejor definición de Lula sea la del propio Kamel: "Un comunicador sin igual; un hombre que ve el mundo a partir de su experiencia concreta de vida, de una manera que resalta a los ojos; coherente, pero con incoherencias importantes; un ciudadano que predica los valores tradicionales de la familia y de Dios; un hijo legítimo del capitalismo que aspira para los otros la movilidad social que consiguió para sí mismo; un conciliador cuyo objetivo, al menos en el nivel de la retórica, es alcanzar la armonía entre los polos extremos de la sociedad".
lanacionarMás leídas de El Mundo
"Mi gran error". El ministro español que acusó a Milei de consumir sustancias explicó sus dichos
Suben a 83 los muertos. Un nuevo factor climático agrava el drama de las inundaciones en el sur de Brasil
Poder absoluto. Putin arrancó su quinto mandato con un control más fuerte que nunca en Rusia y dardos a Occidente