Macron y su mujer, en una campaña al mejor estilo norteamericano

PARÍS.- Rompiendo con la tradición francesa, y en una jugada que parece más propia de la escena política norteamericana, el candidato presidencial de centro Emmanuel Macron ha formado un equipo inseparable con su esposa, Brigitte, quien hace campaña fervorosamente al lado de él.

Macron es un inconformista independiente de 39 años y con el paso de los días se va convirtiendo en el favorito para las elecciones presidenciales del 23 de abril y el ballottage del 7 de mayo en Francia. Según las encuestas, Macron podría ganarle a la líder de la extrema derecha Marine Le Pen, que se espera que haga una excelente elección tras las acusaciones de corrupción que hicieron perder terreno al conservador François Fillon.

El ex ministro de Economía Emmanuel Macron ha basado su campaña en la defensa del libre mercado y tiene una postura pro Europa. Pero a diferencia de la mayoría de los políticos franceses, que prefieren que su vida privada siga siendo privada, Macron aparece en público junto a su mujer, Brigitte Trogneux, de 63 años. Ella participa de los eventos públicos de su marido, quien no oculta que también es su asesora política más cercana. Trogneux le lleva 24 años y fue su profesora de teatro en la secundaria.

Recientemente, durante un evento de campaña en un teatro de París, la potencial primera dama francesa subió al escenario junto a su marido, lo besó en público y agradeció la participación de los presentes. Macron declaró que en caso de ganar las elecciones, ése será el lugar de su mujer: "No estará escondida ni detrás de mí: estará a mi lado".

La diferencia de edad entre Macron y Trogneux es la misma que la del presidente estadounidense Donald Trump, de 70 años, con su esposa Melania, de 46. Pero el hecho de que sea el esposo quien es mucho más joven ha capturado la atención del público. Hay quienes señalan que eso podría mejorar la imagen de Macron, al mostrarlo como una figura novedosa para la política francesa: la de un político moderno, honesto y no convencional.

Macron conoció a Trogneux a los diecisiete años en su ciudad natal, Amiens, donde ella enseñaba literatura francesa en la escuela secundaria a la que él concurría. Casada y con tres hijos, Trogneux coordinaba un taller de teatro, al que asistía Macron. Años más tarde, Trogneux se divorció y se reunió con Macron en París, donde en 2004 él completó sus estudios en la Escuela Nacional de Administración (ENA), una de las instituciones más prestigiosas de Francia.

La pareja se casó en 2007, y en un video del casamiento difundido por la televisión francesa puede verse a Macron agradeciéndoles a los hijos de su mujer por aceptarlo en la familia. "Tal vez no seamos una pareja del todo normal, un adjetivo que no me gusta mucho, pero somos una pareja real", expresó.

Durante este último año, la pareja fue cuatro veces tapa de la revista de celebridades Paris Match. Entre otras cosas, hablaron de lo mucho que disfrutan de pasar el tiempo con sus siete nietos en la casa familiar en Le Touquet, un complejo de moda en la costa norte de Francia.

Las revistas de actualidad analizan con microscopio, y suelen elogiar, el estilo de avanzada de Trogneux: polleras mini, jeans y pantalones de cuero.

El mes pasado, Macron debió desmentir rumores sobre su supuesta homosexualidad, alegando que su mujer no se separa de su lado. "Si comparte mi vida de la noche a la mañana, la única duda que ella podría tener es cómo me las ingenio -bromeó el candidato-. Tendría que estar en dos lugares al mismo tiempo."

Hace poco, otra esposa de un candidato presidencial ganó los titulares, y no para bien. Penelope Fillon, esposa del candidato conservador, concitó la atención de los medios cuando se supo que tenía desde hace años un puesto público remunerado como asesora parlamentaria de su marido. Hasta entonces, se la consideraba un ama de casa, madre de cinco hijos y ajena a la política.

Si bien en Francia la primera dama no tiene un rol oficial, en el Palacio del Elíseo tampoco vive la esposa de un presidente desde el año 2012, cuando abandonaron la residencia el conservador Nicolas Sarkozy y su esposa, la supermodelo Carla Bruni.