Maduro insiste en el complot y apunta contra Guaidó por el apagón
Investigarán al líder opositor por su supuesta vinculación al colapso energético; protestas por la falta de agua y comida
CARACAS.- La revolución bolivariana se copia a sí misma. El colapso eléctrico que azota a Venezuela sirve una vez más como excusa para atacar a sus enemigos políticos, como se confirmó ayer luego de que la Fiscalía General iniciara una nueva investigación en contra de Juan Guaidó, presidente encargado. La acción se suma a la previa que se le interpuso el 29 de enero pasado, tras su juramentación.
Las medidas cautelares que se le impusieron entonces, como la prohibición de salida del país, fueron "burladas por este ciudadano", dijo ayer el fiscal Tarek William Saab. La acusación la teledirigió el presidente Nicolás Maduro en su pronunciamiento ante el país durante la noche del lunes: complicidad en el sabotaje eléctrico.
El líder chavista justificó el shock eléctrico al acusar de nuevo a Estados Unidos y a la oposición, pero dejó patente a la vez su preocupación por una crisis que ya provocó decenas de saqueos y la desesperación nacional. Tanto es así que el jefe revolucionario no dudó en hacer un llamado directo a los grupos paramilitares: "Llegó la hora de la resistencia activa".
En la ofensiva bolivariana también se incluyó la detención del periodista Luis Carlos Díaz, de 34 años, acusado de estar implicado en la conspiración que habrían urdido el "imperio" de Estados Unidos y la oposición venezolana para forzar el colapso eléctrico.
Y tampoco es el único: al hostigamiento contra el conocido influencer, activista digital muy popular por su capacidad para resquebrajar los muros de la censura bolivariana, se unió la detención del trabajador eléctrico Geovany Zambrano, que el mes pasado participó en una conferencia de prensa en la que se denunció el calamitoso estado del sistema eléctrico nacional.
A los dos los une el mismo pecado: desmontar la versión oficial del sabotaje, que no cuenta con ninguna prueba oficial más allá de los extraños atentados electromagnéticos esgrimidos por Maduro en sus alocuciones al país.
"Por ahí salió uno a decir que nos iban a imputar. Le decimos que aquí estamos en las calles ejerciendo nuestros derechos porque no tenemos nada que ocultar", respondió Guaidó durante la protesta de ayer contra la crisis eléctrica.
La marcha convocada por el Parlamento tampoco alcanzó un seguimiento mayoritario como en otras ocasiones. Cientos de personas bajaron a la calle en urbanizaciones como Montalbán, en el oeste de Caracas, o Parque Cristal, en el este de la ciudad, emblemático punto de encuentro opositor, para expresar su descontento por el apagón, que cumplió su sexta jornada. Según el gobierno, la energía se recuperó en la mayor parte del país, pero sus consecuencias están muy vigentes. Sobre todo en el estado petrolero de Zulia, el último en recuperar la electricidad. En su capital, Maracaibo, se reportan graves incidentes desde el domingo.
Ajenos a las arengas revolucionarias, los venezolanos dedicaron el día de "asueto", como lo definió el líder del PSUV, para aprovisionarse de agua y comprar alimentos de forma compulsiva.
En Caracas se repitieron filas interminables para llenar botellones en los lugares más inesperados. Incluso se distribuyó una imagen de cómo guardias nacionales, con equipos antidisturbios, hacían malabarismos para llenar un bidón de 20 litros.
El gobierno incluso reconoce que las interrupciones seguirán, por culpa de los "ataques" y "quemas" de estaciones y subestaciones para "provocar disturbios". Maduro explicó con evidentes dificultades cuál es la teoría oficialista del megaapagón que comenzó el jueves pasado, una teoría que técnicos y expertos rebaten desde su origen, conocedores del estado de las instalaciones.
"Solo el gobierno de Estados Unidos tiene la tecnología para hacerlo", aseguró Maduro, que recuperó argumentos parecidos a los ya usados en 2010 por Hugo Chávez, cuando también acusó a Washington de provocar el terremoto de Haití con un arma desconocida.