No ceden los incidentes en fábricas de Francia
PARIS.- Mientras se extiende la ola de despidos en empresas radicadas en Francia, los trabajadores franceses, en defensa de sus puestos de trabajo, volvieron a protagonizar ayer varios incidentes que incluyeron toma de fábricas, retención de ejecutivos y vandalismo, síntomas de un creciente descontento social.
Unos 30 empleados del astillero naval Unión Naval de Marsella (UNM), en liquidación judicial, ocuparon durante algunas horas las oficinas de Boluda Francia, filial del grupo español Boluda, y pidieron en vano hablar con un responsable de la empresa.
"Sólo hemos venido para hablar con un interlocutor del grupo español Boluda, del que la UNM es una filial, sobre la reindustrialización del lugar y sobre nuestros empleos", dijo Olivier Mateu, del sindicato CGT. Aclaró que el grupo no tenía intenciones "de secuestrar a nadie".
"Boluda ha demostrado una vez más que le dan igual las 130 familias de los trabajadores despedidos" después de la liquidación judicial de la UNM, el 10 de marzo pasado, sostuvo el representante sindical.
Desde que se profundizó la crisis económica mundial, a comienzos de año, los empleados y obreros franceses han recurrido a la retención forzada o al secuestro de ejecutivos de empresas como instrumento de negociación de sus despidos, suspensiones o reducción de horas de trabajo.
Así ocurrió en fábricas de Sony, Caterpillar, 3M, Scapa y Faurecia, una empresa al sur de París que también fabrica partes de automóviles.
Ayer, los trabajadores de Molex, fabricante norteamericana de autopartes, liberaron a dos ejecutivos que estaban retenidos desde el lunes en la planta de Villemur-sur-Tarn.
Vandalismo
En las últimas semanas, en un clima social particularmente tenso, y cuando se anuncian nueva olas de despidos en diversas empresas, algunos sindicatos han radicalizado sus posturas con acciones directas.
Dos edificios -uno de ellos sede judicial- de Clairoix, norte de Francia, fueron atacados ayer por empleados de Continental, el gigante alemán de los neumáticos, cuando fracasó un intento de bloquear el cierre de la planta. Imágenes de televisión mostraron a los empleados rompiendo ventanas dentro de un edificio a la entrada de la planta en Clairoix. Más temprano, se habían reunido en un edificio judicial para esperar la decisión. Cuando se conoció el fallo, los trabajadores irrumpieron en el edificio arrojando escritorios, sillas y computadores por la ventana.
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