Nuevo round entre los republicanos y Obama
WASHINGTON.- En su mayoría, a los norteamericanos les gustó la propuesta gubernamental de Barack Obama para el futuro inmediato, a los republicanos se les atravesó la "obsesión con la suba de impuestos" que le atribuyen y a los europeos -ésta es la sorpresa- les fascinó.
Hacía rato que un discurso del presidente de Estados Unidos no caía tan bien del otro lado del océano, donde todavía duele aquella sentencia de "la vieja Europa" que acuñó el ex mandatario George W. Bush.
La propuesta de un acuerdo comercial entre Washington y Bruselas anunciada por Obama en su discurso del Estado de la Unión, anteanoche, fue el conejo que saltó de la galera. Llegó en el momento de peor crisis europea, como señal de confianza de que saldrá adelante.
Los republicanos desconfiaron. "No hemos visto mucho de nuevo", dijo el presidente del bloque de senadores, Mitch McConnell. "Fue el mismo discurso liberal [progresista] y repetitivo que cualquier legislador demócrata pudo haber pronunciado en la historia reciente'', añadió.
"Obama parece estar siempre en campaña, tratando como enemigos a la gente del otro partido, en lugar de como socios", subrayó el derrotado candidato a la vicepresidencia Paul Ryan.
Pero la Cámara de Comercio norteamericana, el poderoso enclave de negocios que apoyó a los republicanos en la última elección, ponderó la idea, en una primera evaluación.
Las encuestas dicen que el discurso en el que Obama llamó a la reforma migratoria, a "distribuir" la carga fiscal haciendo que "quienes más tienen paguen más" y en el que anunció un cronograma inmediato para el retiro de tropas de Afganistán generó aceptación en el 53% de los norteamericanos.
La reciente reelección dio nuevas alas a Obama, que se mostró mucho más confiado y elocuente. De acuerdo con el sondeo de la cadena CNN, el 53% de quienes siguieron el discurso por televisión tuvieron una reacción "muy positiva", y otro 24%, "de algún modo positiva".
Sólo el 22% se inclinó por el rechazo. Además, el 71% opinó que Obama lleva al país "por el rumbo correcto", y el 26% opinó lo contrario.
Pero la bonanza de las encuestas no prenuncia tiempos mejores. En su discurso de réplica, el republicano Marco Rubio anticipó un duro frente de cuestionamiento.
"Señor presidente, abandone de una vez esa obsesión que tiene con la suba de impuestos. Eso no ayuda a la economía", disparó el senador considerado "estrella" del partido. "Deje de acusarnos de hacer obstruccionismo sólo por pensar distinto", añadió.
Sin embargo, no fue eso lo que más quedó de Rubio, sino el mal momento que tuvo cuando, atenazado por la sed y por los nervios, se agachó y -literalmente- desapareció de pantalla para abrazar una botella de agua y tomar un sonoro trago.
Las redes sociales estallaron. "Traga-gate", "Rubio hace agua", "los republicanos están secos" y otras sentencias por el estilo se llevaron el rumor en Twitter.
El propio Rubio pareció reírse de sí mismo al publicar una foto de la famosa botella en su cuenta de la red social.
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