Por ahora, curiosidad más que miedo
PANMUNJOM, Corea del Sur.- Lejos de sembrar el miedo, las graves pero por ahora vacías amenazas norcoreanas elevaron la curiosidad en el lado sur de la fortificada frontera del paralelo 38, donde cada vez más turistas llegan y se sacan fotos entre puestos militares y tiendas de recuerdos.
"Al ver en las noticias lo que ocurría, me decidí a venir", comenta Michael, un estadounidense de 24 años, que realizó uno de los "tours" a la frontera más militarizada del mundo, llamada Zona Desmilitarizada (DMZ).
La franja de cuatro kilómetros de largo y 250 de ancho que separa a las Coreas desde la guerra de 1950-53 pasó a ser foco de la atención mundial después de las amenazas del régimen de Kim Jong-un contra Corea del Sur y Estados Unidos.
En contraste con las baterías de artillería, hileras de ómnibus copaban el peculiar parque temático, donde cada día miles de turistas posan junto a vestigios de la guerra. Cada día, soldados del Sur y Norte cruzan serias miradas en los puestos del Área de Seguridad Fronteriza de Panmunjom.
Pero en Corea del Sur, la percepción de escaso peligro se observa incluso en los soldados de segunda línea de la frontera, que comparten las labores rutinarias entre bromas. Uno de ellos, de unos 20 años, asegura "no sentir miedo" a pesar de la proximidad del poderoso e impredecible Ejército Popular norcoreano, que cuenta con 1,1 millones de efectivos contra sólo 640.000 del Sur.
Preguntado por su disposición al combate, el soldado confirma que está "siempre listo para luchar"; eso sí, con una abierta sonrisa que elimina el dramatismo.
Atahualpa Amerise
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