Rumbo al ballottage, Piñera apela al centro y Guillier apunta a los encuestadores
El entorno del ex presidente admitió que se estuvo lejos de lo esperado y reformula su mensaje; el candidato oficialista dijo que los sondeos favorecieron a su contrincante
SANTIAGO, Chile.- El gran papelón en la elección presidencial chilena fue el de las encuestas CEP y Cadem. Ninguna previó que Sebastián Piñera iba a obtener menos del 40% de los votos (36,64%), tampoco calcularon que José Antonio Kast treparía casi hasta el 8% (7,93%) y a Beatriz Sánchez le daban menos del 10% de la votación, la mitad de lo que realmente obtuvo junto a su pacto (20,27%), el Frente Amplio. En lo único que acertaron fue en que Piñera y Alejandro Guillier (22,70%) avanzarían al ballottage.
Politólogos y encuestólogos dijeron que se construyó mal la proyección del voto probable, mientras que Piñera dijo que él nunca creyó en estas encuestas y que si antes fueron el oráculo, ahora se equivocaron rotundamente. Pero Guillier, que además de periodista es sociólogo, quiso analizar un poco más el rol de las predicciones y aprovechó para darle el primer golpe a su rival de cara a la segunda vuelta, el 17 de diciembre. "Lo primero que te enseñan en la carrera es que con la estadística se puede mentir fácilmente [...] Creo que se hizo un abuso de las encuestas. Fueron jugando con ellas, porque querían que los candidatos estuviéramos todos planitos para que Piñera apareciera disparado. Fue escandaloso, hubo un uso político de las encuestas y deben muchas explicaciones", dijo el candidato del oficialismo, lanzando el primer proyectil.
El resto del día después de la elección presidencial fue de reinvención y nueva campaña para los dos que van al ballottage. Fueron al mismo programa de la televisión -el matinal del canal Mega-, pero a horas distintas, y Piñera después mantuvo encuentros con la prensa nacional e internacional, donde presentó a los nuevos integrantes de su comando, la mayoría parlamentarios elegidos con altas votaciones.
Donde se desató una crisis general fue en la Democracia Cristiana, que se reunió en un consejo nacional para analizar qué harían después de que su candidata Carolina Goic obtuvo apenas el quinto lugar en las votaciones (5,88%). Veinte minutos de consejo y los gritos de la asamblea -unos vociferaban "Goic, Goic" y otros "Guillier, Guillier"- hicieron a salir a la senadora del salón donde estaba. Apenas puso un pie afuera, renunció a la presidencia de su partido, que aportó dos de los últimos cinco presidentes de Chile (Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz Tagle) y le entregó su apoyo al abanderado de Fuerza de la Mayoría.
En Chile Vamos, si bien el cálculo es idéntico al escenario que enfrentó Piñera en 2009, cuando avanzó al ballottage con el 44% de los votos, contra el 55% de sus contrincantes de la centroizquierda, ahora hay un llamado a la humildad y a reconocer que no es el resultado que esperaban. Lo realizó el propio candidato, que delineó su nueva estrategia enfocada en captar los votos del centro y un discurso referido a "la segunda transición" que buscará llevar a Chile al grupo de los países desarrollados.
Guillier, mientras tanto, entró a disputar el concepto de cambio con la centroderecha, en el sentido de que una mayoría ya votó una vez por las reformas sociales, en 2013, y anteayer volvió a manifestarse por profundizar esas transformaciones que impulsó Michelle Bachelet. Sobre una alianza con el Frente Amplio, la fuerza emergente que dio la gran sorpresa electoral y que además eligió a 20 diputados y un senador, dijo que antes el bloque juvenil debe madurar su proceso propio.
Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso y una de las figuras del sector que apoyó a Beatriz Sánchez, dijo que van a contribuir "a impedir que la derecha gobierne". Interpretó también esta elección como el fin de la transición. "Un sector muy amplio de chilenos dio su respaldo a una fuerza alternativa a los dos bloques tradicionales", mencionó. "Es muy difícil que el Frente Amplio diga: «Vamos a apoyar a Guillier»", agregó. Lo que sí advirtió fue que "un gobierno de Guillier puede ser el de transición a uno más democrático. El problema es que la campaña que propone la Nueva Mayoría engloba una crisis de unidad y sin liderazgos, confusa, que no les permite ganarle a Piñera".
Otro impacto inesperado de la elección se produjo en los mercados. Las consultoras y corredoras de bolsa dicen que la reacción fue exagerada: como Piñera no obtuvo la votación que se esperaba, el dólar tuvo la suba diaria más grande en un año (10,5 pesos chilenos por dólar) y el índice IPSA, de las 40 acciones principales de la bolsa, cayó 5,51%, la peor en casi siete años, después de haber llegado a máximas históricas en los últimos dos meses.
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