Se casaron y cinco minutos después murieron en un brutal accidente en la ruta
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LA NACION
Harley Joe Morgan, de 19 años, y su novia Rhiannon Boudreaux Morgan, de 20, se casaron en un juzgado de Paz del Condado de Orange, en Texas. Con esta ceremonia cumplían el sueño que traían desde que se conocieron y se enamoraron en la escuela secundaria. Pero la felicidad del matrimonio les duró muy poco. Cinco minutos después de dar el sí, tomaron la ruta en el auto de él, una camioneta los atropelló y ambos murieron.
La hermana y la madre del novio viajaban en otro vehículo detrás del auto donde viajaban los recién casados y vieron horrorizadas el fatal accidente. La misma jueza de paz que los había casado se acercó al lugar del hecho y constató que ambos se encontraban sin vida, según lo documenta la señal televisiva estadounidense KFDM.
El luctuoso hecho ocurrió el pasado viernes, alrededor de las 3 de la tarde, cuando Harley y Rhiannon abandonaron el lugar de la ceremonia, se despidieron de sus seres queridos, y se subieron a su auto para tomar la autopista 87. Allí, una camioneta Ford 250 que remolcaba un tractor los impactó. Los dos jóvenes murieron en el acto, en tanto que el conductor de la camioneta resultó ileso.
La División de Detectives del Departamento de Policía de Orange investiga las circunstancias del accidente.
"Se acababan de casar -dijo Kennia Lashawna Morgan, la mamá del novio, a la cadena KFDM- Ni siquiera estuvieron casados cinco minutos".
"Lo único que querían era casarse y comenzar su vida. Los dos tenían muchos sueños", agregó la madre del novio luego del trágico choque del que fuera testigo.
La mujer, entre lágrimas y muy conmovida, dijo: "Vi a mi bebé morir. Todavía llevo la sangre de mi hijo porque hice todo lo posible para sacarlo del auto. La imagen de esta pesadilla de ver el camión golpear a mi bebé y matarlo me va a perseguir durante todas las noches de mi vida. Nunca va a desaparecer".
Christina Fontenot, la hermana del malogrado esposo contó que los jóvenes pensaban hacer una fiesta de casamiento más grande -esta ceremonia había sido muy íntima- en el mes de diciembre, con familiares y amigos.
"Querían una boda de Navidad, el 20 de diciembre", dijo la mamá, y agregó un mensaje que lleva una moraleja sobre los avatares del destino: "Ve a casa y abraza a tu familia. Si tenés hijos, andá a tu casa y abrazalos. Ama a tu familia, incluso si te hizo enojar. No te vayas enojado a dormir, porque no sabés qué rápido podés perder a una persona amada".
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