Sin China ni Rusia, hay pocas opciones efectivas en la mesa
PARÍS.- Estados Unidos y varios gobiernos advirtieron que desconocerán la Asamblea Constituyente del presidente Nicolás Maduro, pero para los analistas esa presión internacional debe ir más lejos e incluir a Rusia y a China.
"Sólo con el respaldo de poderosos aliados como Rusia y China habría un cambio. Aunque esto no significaría que la democracia será restaurada", señaló Philip Gunson, consultor de Crisis Group.
Ambos países se han convertido en importantes aliados políticos y económicos del país sudamericano con mayores reservas de petróleo desde el inicio del chavismo. Venezuela es el principal destino de inversiones de China en América latina y el segundo socio comercial de Rusia en la región. Hasta ahora, ni el gobierno de Vladimir Putin ni el de Xi Jinping se han pronunciado sobre la Constituyente.
La lista de países comprometidos en detener a Maduro crece cada día, pero con pocas opciones sobre la mesa. "Hay muchos países preocupados, pero poca capacidad de trabajar juntos", dijo David Smilde, experto de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos. Según el experto, hasta ahora "no ha sido posible un acuerdo en las principales instituciones multilaterales" sobre Venezuela.
"China y Rusia bloquearon la acción en el Consejo de Seguridad de la ONU. Uruguay bloqueó un comunicado más fuerte del Mercosur. Y los países caribeños hicieron imposible un acuerdo en la OEA."
La OEA abordó días atrás la situación en Venezuela. Pero aunque su secretario general, Luis Almagro, denunció "una tragedia", no se ha logrado una resolución sobre el cumplimiento de la Carta Democrática y, a instancias de Maduro, Caracas inició en abril el proceso de salida del organismo.
La otra opción que hay sobre la mesa para aislar a Maduro son las sanciones económicas, pero ayer Estados Unidos pareció alejar esa posibilidad. Hasta ayer se especulaba con medidas que afecten la industria petrolera, de la cual depende Venezuela para obtener prácticamente todas sus divisas.
Estados Unidos es el principal comprador de crudo venezolano, con importaciones de 800.000 barriles diarios sobre una producción de 1,9 millones, a través de Citgo, una compañía de Houston, Texas.
Los analistas advierten que esas sanciones podrán tener un efecto contrario al buscado. "Una medida así sólo exacerbaría la grave crisis humanitaria y podría provocar un aumento de los precios del petróleo", advirtió Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano.
"Sería catastrófico", opinó Andrea Saldarriaga, subdirectora de la unidad para América latina del centro de análisis Atlantic Council, al alertar sobre el impacto que medidas así podrían tener entre los venezolanos, en un país en que según mediciones independientes un 80% de los hogares son pobres.
Otro riesgo de un endurecimiento de las sanciones económicas por parte de Estados Unidos es la crisis humanitaria de refugiados que podría generarse, con un aumento de enfermedades como la malaria y la difteria. "Los países de la región subestimaron el flujo migratorio", dijo Saldarriaga.
Así, sólo un esfuerzo concertado podría dar resultados."Estados Unidos debería convocar a una conferencia más amplia que la OEA y que incluya a la UE, el Vaticano y la Unión Africana", entre otros, opinó Paul Webster Hare, ex embajador británico en La Habana y profesor de la Universidad de Boston.
"Hay que dar señales contundentes de que el mundo quiere evitar una guerra civil y una crisis migratoria", añadió.
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