Terremotos: el desafío de vivir en el lugar que más tiembla
Los 5500 habitantes del pueblo chileno de Navidad aprendieron a asimilar los recurrentes remezones a sus vidas
NAVIDAD, Chile.– El primer sacudón llegó en medio de la noche. El siguiente alcanzó a los pescadores de una playa cercana. Después la tierra tembló a la hora de la cena. Una y otra vez: más de 170 temblores golpearon la ciudad de Navidad, Chile, en las últimas cinco semanas. El más fuerte ocurrió durante un funeral, que obligó a los deudos a huir despavoridos por la calle.
Navidad, una ciudad agrícola costera de 5500 habitantes, se convirtió en el lugar que más tiembla en uno de los países, a su vez, más temblorosos del mundo. Y los sismólogos no pueden asegurar si estos últimos remezones fueron réplicas del devastador terremoto que padeció Chile hace dos años o si son advertencias de un desastre de similares proporciones en ciernes.
Los habitantes de Navidad, sin embargo, ya aprendieron a convivir con los temblores.
En esta ciudad de nombre tan festivo, algunos decoran su árbol de Navidad sin perder de vista los temblores, y atan los adornos a las ramas con alambre, o ponen especial cuidado en reforzar la base.
Los restaurantes adosan barandas a los estantes donde guardan los vasos y las botellas, para evitar que se caigan. Incluso algunos ahora sólo venden cerveza y gaseosas enlatadas, porque con las embotelladas se corren muchos riesgos.
Los niños de las escuelas públicas tienen simulacros todos los días, y todos parecen tener en sus mochilas un kit de emergencia con linternas y alimentos.
"Nacimos, crecimos y vivimos entre terremotos", cuenta Rodrigo Soto, alcalde subrogante de Navidad. "Ahora todos parecen haber descubierto que Navidad existe. Todos nos preguntan si tenemos miedo. Yo lo único que puedo decir es que hay que estar preparados."
De todos modos, por mucho que uno se prepare, nadie escapa al momento de pánico que se siente cuando la tierra se pone a temblar.
Durante el funeral, cuando los reclinatorios empezaron a temblar, los deudos se pusieron pálidos como la muerte. A pesar de los llamados a la calma, la iglesia se sacudía tanto que los asistentes entraron en pánico y corrieron a la calle.
Soto dice que el sistema de alerta de tsunami con el que cuenta la ciudad todavía es inadecuado, una sirena que suena como una alarma de auto y cuyo volumen no llega a todos los vecinos de la localidad. Pero después de tantos temblores, Soto dice que los navideños saben perfectamente cuándo tienen que correr: lo llevan en la sangre.
Saben, por ejemplo, que apenas sentirán un temblor de magnitud 2, pero que uno de magnitud 7 los tirará al piso, señal de que hay que correr hacia las tierras altas en caso de que llegue un tsunami.
A no ser por los terremotos, en Navidad la vida es tranquila. Muchos agricultores siguen usando bueyes para arar la tierra, mientras que otros pobladores atienden a los turistas que vienen en busca de las playas del Pacífico desde Santiago, ubicada 170 kilómetros al Nordeste.
Sin embargo, los habitantes del lugar suelen estar en vilo. Y no sólo por los temblores que les recuerdan constantemente los peligros de un terremoto. A lo largo de la ruta que lleva al pueblo, crecen flores silvestres junto a los carteles de advertencia de tsunami que insta a los residentes a construir sus hogares en altura o a estar preparados para correr a terrenos elevados.
Hasta el momento, los temblores recientes no causaron daños ni heridos, pero son un recordatorio constante del terremoto de 8,8 grados de magnitud y del tsunami que, en 2010, devastaron gran parte de la costa chilena, Navidad incluida.
Durante aquel sismo perdieron la vida 551 chilenos, 220.000 hogares quedaron destruidos, y los puertos y balnearios costeros fueron barridos. En aquella oportunidad no murió ningún navideño, pero se perdieron unos 200 hogares, y la mayor parte del poblado quedó sin agua ni luz durante un mes.
Lo que vendrá
"Durante el terremoto de 2010, la zona de fractura llegó hasta Navidad. Por eso los sismólogos de la Universidad de Chile señalan que los temblores recientes podrían ser réplicas tardías de aquel otro", dice Miguel Ortiz, director nacional del centro de alerta temprana de la Oficina Nacional de Emergencia.
Ortiz también sugiere que los recientes temblores podrían ser los precursores de otro sismo de proporciones por venir.
Un equipo internacional de científicos dijo que, a causa del terremoto de 2010, podrían haber aumentado las posibilidades de que se produzca un gran, o incluso enorme, terremoto en la amplia extensión de costas chilenas. El informe que publicaron en año pasado en la revista Nature Geoscience concluye que el sismo de hace dos años sólo liberó una parte de la presión acumulada bajo tierra desde el terremoto de 1835.
"La gente tiene miedo porque estas últimas semanas tembló mucho", dice Karen Contreras, camarera del restorán La Boca. "Y todavía sigue temblando, pero al menos la gente sabe dónde tiene que evacuarse si la cosa empeora."
La tierra que tiembla
Distintos fenómenos sacuden al pueblo chileno
- A diario
En las últimas cinco semanas la tierra tembló más de 170 veces, casi cinco por día
- Remezones
Podrían ser réplicas del terremoto de 2010, cuando la ciudad quedó sin luz ni agua durante un mes
- El más fuerte
El sismo más potente de la historia, de magnitud 9,5 en la escala de Richter, ocurrió en 1960, 500 kilómetros al sur de Navidad
Traducción de Jaime Arrambide
Luis Andrés Henao
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