Tras varios meses turbulentos, la popularidad de Rajoy repunta

MADRID.– Tres meses después del estallido de una crisis política que puso en peligro su gobierno, el presidente español, Mariano Rajoy, consiguió detener el derrumbe de su imagen y de la intención de voto del Partido Popular (PP).

No son cifras para brindar, pero los últimos sondeos publicados en España reflejan una leve recuperación del líder conservador y un repunte, perceptible por primera vez en mucho tiempo, del optimismo ciudadano respecto de un posible final del desastre económico que se inició en 2008.

Una encuesta de la consultora Metroscopia –publicada por el diario El País– refleja que el PP obtendría hoy un 34% de los votos si hubiera elecciones generales, contra un 29% del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El mes anterior, el partido de Rajoy había caído hasta 30,5% y era casi alcanzado por los socialistas.

Para esa mejoría fue clave que pasara a segundo plano el escándalo de corrupción en el PP, desatado cuando el ex tesorero Luis Bárcenas confesó en los tribunales una trama de sobresueldos y coimas en la que involucró a Rajoy.

La lentitud con que avanza la causa en los tribunales y la estrategia del PP de blindar con su mayoría absoluta al gobierno e impedir la discusión legislativa sobre el caso dieron aire al presidente. En forma paralela, la Moncloa desplegó un insistente plan de comunicación para instalar la idea de que se termina la recesión y empieza la salida de la crisis económica.

"Lo que vemos en la opinión pública no es producto de la política económica del gobierno, sino de la menor exposición del caso Bárcenas. Pero puede ser un fenómeno pasajero. El PP y Rajoy siguen en un punto muy malo", señaló a LA NACION José Juan Toharia, director de Metroscopia.

De hecho, la encuesta que celebró el gobierno muestra que un 75% de los españoles desaprueba la gestión de Rajoy (aunque llegó al 79%) y la intención de voto del PP se encuentra diez puntos por debajo del resultado electoral de hace dos años.

"Se percibe el inicio de una reconciliación de los votantes del PP con el gobierno, pero la mayoría de ellos sigue expresando su descontento con Rajoy –añadió Toharia–. El presidente tiene la ventaja de que todavía, a dos años del principio de su gestión, la mayoría de la población culpa al socialismo por la crisis."

Eso se traduce en un lastre, en apariencia insalvable, para el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba: su intención de voto no rompe el techo que obtuvo en 2011 y el 85% reprueba su labor como líder opositor.

El estatal Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) también refleja una leve mejora en los números de Rajoy, pero, sobre todo, en la expectativa ciudadana de un repunte económico. Según sus sondeos, el 20,7% es optimista sobre la posibilidad de una recuperación cercana en el tiempo (un punto más que hace un mes y casi cinco más que en julio).

En septiembre, el gobierno anunció que el último trimestre del año marcará el fin de la recesión y dio números que muestran un freno a la destrucción de empleo. De todos modos, la tasa de desocupación se sostiene encima del 26% (casi seis millones de personas).

Pero el PP intenta vincular el oxígeno que parece ofrecerle la sociedad con la gestión económica. "Estoy convencida de que cuando un trabajo se va realizando correctamente, todos los ciudadanos lo van comprendiendo", dijo ayer la "número dos" del partido, María Dolores de Cospedal.