Una sofisticada red de túneles para evadir bombardeos y golpes de Estado
Se cree que debajo del búnker de Khadafy hay una ciudad subterránea por donde habría escapado
TRIPOLI.- Aun después de que los rebeldes irrumpieron en la capital y tomaron su residencia, el dictador libio Muammar Khadafy tiene muchos lugares donde ocultarse.
Bajo tierra, por ejemplo. Se sabe que el hombre que gobernó Libia durante 42 años tiene construidos profundos búnkeres debajo de su complejo de Bab al-Aziziya, en Trípoli.
Algunos ex funcionarios dijeron que el complejo está conectado, por medio de largos túneles, con lejanas partes de Trípoli, en una red clandestina que podría proporcionar una rápida ruta de escape.
Pocos han visto los túneles y no es seguro que existan. Pero la denominada "ciudad subterránea" encaja perfectamente en el aura cultivada por Khadafy, una mezcla de subterfugios, rumores y mito. Esa aura -más una saludable dosis de brutales represalias- contribuyó a que Khadafy sobreviviera a decenas de intentos de asesinato y de potenciales golpes de Estado durante cuatro décadas.
Muchos rebeldes estaban convencidos de que estaba oculto en el extendido complejo Bab al-Aziziya.
Cuando los rebeldes irrumpieron en él, encontraron una enorme cantidad de armas, uno de los carritos de golf que Khadafy usaba para desplazarse y las carpas beduinas en las que el dictador ofrecía audiencias. Pero de él, ningún rastro. "Hay tantas ratoneras en Trípoli. Y en ellas lo estamos buscando", dijo el coronel Ahmed Bani, un vocero militar rebelde.
También se desconoce el paradero de dos de los hijos de Khadafy, que comandan unidades de elite, Khamis y Muatassim. Además, dos ciudades importantes siguen en manos de Khadafy: su ciudad natal, Sirte, situada sobre la costa del Mediterráneo, y Sebha, internada profundamente en el desierto y sede de una base militar y de la fuerza aérea con fácil acceso a rutas de escape hasta Níger y Chad.
Durante los meses en los que la OTAN realizó intensos ataques aéreos, Khadafy se mantuvo en movimiento, aunque también en este caso resulta difícil diferenciar los hechos de la leyenda en lo referido a los desplazamientos del dictador. Y a Khadafy le encantaba cultivar esa aura de misterio.
Durante el levantamiento, Khadafy sorprendió a sus partidarios al aparecer súbitamente en lo alto de las murallas del histórico Fuerte Rojo de la plaza principal de Trípoli para pronunciar un discurso ante la multitud. Algunos integrantes del círculo íntimo del régimen han dicho que un túnel comunica el fuerte con Bab al-Aziziya, a tres kilómetros.
Mohammed Ganbawa, un activista que coordina varios grupos de oposición en Trípoli, dijo que los rebeldes creen que durante las últimas semanas Khadafy se desplazó entre las residencias de sus hijos, durmió en un hospital e incluso en el Hotel Rixos, donde se albergan los periodistas de los medios internacionales.
Se sabe que en Bab al-Aziziya hay un búnker que ingenieros alemanes construyeron para que Khadafy pudiera resistir a un ataque masivo.
El doctor Liacyr Ribeiro, quien sometió a Khadafy a una cirugía estética en 1995, es uno de los pocos que pueden afirmar tener conocimiento directo de las instalaciones subterráneas. Ribeiro fue escoltado después de medianoche hasta el búnker subterráneo, que "tenía dos quirófanos completamente equipados, un gimnasio y una pileta de natación".
Abdel-Moneim al-Houni, que fue colega de Khadafy en el golpe de 1969 que llevó al dictador al poder, y que ocupó varios cargos en el régimen hasta que desertó, este año, admitió que nunca vio la célebre red de túneles. Pero agregó que alguien más cercano aún, el ex canciller Moussa Koussa, sí había visto los túneles y se los describió, incluyendo uno que unía el búnker con el Rixos. "Convirtió toda una planta del hotel en un centro de comando", dijo Al-Houni.
En 1984, un grupo opositor en el exilio, el Frente Nacional para la Salvación de Libia, llevó a cabo un audaz ataque contra Bab al-Aziziya, en un intento de derrocar a Khadafy.
Fayez Jibril, que participó en la planificación del ataque, dijo que su grupo rastreó túneles entre Bab al-Aziziya y el Fuerte Rojo y otros lugares de Trípoli, incluyendo el Palacio del Pueblo y el Palacio de Huéspedes, que dominan el Mediterráneo.
Bani calculó que el líder libio sobrevivió a 52 intentos de asesinato y golpes frustrados.
Traducción de Mirta Rosenberg
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