Un arranque histórico para El robo del siglo

Con algo más de 100.000 espectadores en 400 salas, El robo del siglo consiguió ayer el segundo mejor arranque de la historia para una película argentina. Y no fue récord por muy poco, ya que Metegol, de Juan José Campanella, había sumado casi 115.000 tickets en su primer día, en julio de 2013. Y cabe indicar que en aquel caso se trató de una película de animación infantil lanzada en plenas vacaciones de invierno (el período más rentable del negocio).

Para tener una dimensión del fenómeno que generó ayer esta película de Ariel Winograd con Guillermo Francella y Diego Peretti basada en el caso real del audaz robo a la sucursal del Banco Río de Acassuso, en enero de 2006, hay que analizar las cifras de la anterior puntera, la producción de Disney Frozen II, que no llegó a 40.000 entradas en una cantidad similar de pantallas (esta secuela animada, de todas maneras, ya acumula impresionantes 1.340.000 tickets en solo 15 días de explotación).

El robo del siglo superó con holgura los arranques de El clan, film de Pablo Trapero sobre la siniestra familia Puccio (casi 75.000 localidades en agosto de 2015); Me casé con un boludo, comedia de Juan Taratuto con Adrián Suar y Valeria Bertuccelli (casi 55.000 espectadores en 289 pantallas en marzo de 2016); Relatos salvajes, la exitosa propuesta episódica de Damián Szifron (53.000 personas en 290 salas en agosto de 2014), y de El Ángel, película de Luis Ortega inspirada en la figura del asesino serial Carlos Eduardo Robledo Puch (45.000 tickets en 327 salas en agosto de 2018).

En diálogo con LA NACION, el prolífico director Ariel Winograd (está a punto de iniciar el rodaje de Hoy se arregla el mundo, con Leonardo Sbaraglia, Natalia Oreiro, Luis Luque, Soledad Silveyra, Martín Piroyansky, Gerardo Romano y Gabriel Corrado) se refirió al boom comercial de El robo del siglo: "Es algo impresionante. Ayer ya veíamos que había muchas funciones agotadas, la gente compraba entradas hasta en la fila uno y nos llegaban videos con aplausos al final de las proyecciones, pero igual nunca pensamos en una cifra de casi 105.000 espectadores como finalmente ocurrió. Con la mitad ya hubiésemos estado muy conformes".

"Las sensaciones -agrega Winograd- son muy buenas para lo que viene. Los productores, la distribuidora Warner y los exhibidores están muy contentos porque además la película no solo está funcionando muy bien en Buenos Aires sino también en todo el interior. Sabemos lo difícil que es hacer cine en Argentina y uno siempre espera lo mejor, pero nunca algo de semejantes dimensiones. Estamos muy emocionados y agradecidos con el público. Puede sonar algo exagerado, y probablemente lo sea, pero en este momento la felicidad que siento es similar a la del nacimiento de un hijo", concluyó.