Coronavirus: autocine, el viejo formato que la pandemia volvió a poner de moda

Mientras en las salas de teatro europeas se avanza con protocolos sanitarios en prevención del coronavirus, que corren el riesgo de que el centro de la atención del público esté puesto en lo que suceda en la sala y no en el escenario, el viejo formato del autocine va adquiriendo nuevas versiones en lo que es su propia logística y en su reconversión hacia otras disciplinas artísticas.

El 14 de mayo, en un pueblo de Valencia, España. un viejo autocine familiar, el mas viejo del país, marcó un hito al realizarse allí la primera exhibición de cine desde que a mediados de marzo se había establecido la cuarentena. Esa noche, para felicidad de muchas familias, se proyectó Minions y Jurassic Park. A las experiencias similares que se vienen realizando desde Corea del Sur a Estados Unidos, ayer esta modalidad encontró su nicho explotando el estacionamiento de una disco de Lleida, Cataluña.

Organizado por el Ayuntamiento, un restaurante de la zona y una empresa exhibidora, un total de 190 personas sigueron la proyección de la película Guasón desde sus coches, a 2,5 metros de distancia unos de los otros y estacionados de forma escalonada frente a una gran pantalla de 10 metros de largo. El miércoles reabrió Autocine Madrid RACE. Para una modalidad de ver cine que se la tilda de retro, la programación estuvo en sintonía con esa categorización: pasaron Grease, con John Travolta y Olivia Newton-John. La cosa no queda ahí, ya que el 11 de junio, en Alicante, se inaugurará el autocine más grande de Europa. Será en 45.000 metros cuadrados y tendrá una capacidad de 400 autos. Lógicamente para los tiempos que corren, el formato está adaptado a las medidas sanitarias.

La experiencia montevideana

En Uruguay, la cuarentena, con protocolos distintos a los que se aplicaron tanto en España como en nuestro país en sus inicios, empezó el 13 de marzo. El moderno aeropuerto internacional de Carrasco cambió aviones por películas. Un centenar de coches colmó la zona del estacionamiento dispuesta para el proyecto, llenando su cupo máximo, si bien en todo el aeropuerto entran unos 1.500 vehículos. Para el estreno se proyectó Sonic, la película, un film para todo público que se proyectó sobre una pantalla de 20 por 11 metros. Según la crónica periodística, los chicos que estaban en los asientos traseros tuvieron algunas dificultades para ver la pantalla, por lo que varios padres los subieron al techo del auto en una especie de super pullman para contener la ansiedad de unos y otros.

La experiencia de autocine uruguaya sigue las normativas que rigen al movimiento de los aviones: las funciones se suspenden por precipitación, viento intenso o neblina. Más allá de estos aspectos, los organizadores piensan programar en estos dos meses espectáculos de danza, alguna comedia y shows musicales.

En ese plan expansivo hacia otras disciplinas por fuera de lo cinematográfico, la tarde del 19 de mayo, en Merlo , San Luis, se realizó la primera experiencia escénica en vivo desde que se estableció la cuarentena en nuestro país. Esa tarde, la compañía Cirque XXI montó una propuesta que denominó como de auto-circo, un formato ya se ha probado en otras latitudes. El gobierno puntano, que como otras tantas provincias está atravesando una fase distinta a la que rige en la región del AMBA, estableció los permisos para este tipo de experiencias que deben ser solicitados al gobierno provincial por cada municipio interesado.

El rescate del autocine abarca a otras provincias. En el Predio Ferial de Catamarca (provincia sin casos de coronavirus), por iniciativa del Ministerio de Cultura y Turismo junto a empresas locales están evaluando instalar uno. En Córdoba proponen recuperar el autocine del barrio Don Bosco, que funcionó entre 1973 y 1986. Mientras tanto, cuatro localidades de Mendoza evalúan planes similares. Lo que era algo retro dejó de serlo. Sólo un problema, los que no tienen auto miran todo esto desde las redes sociales.