La palabra de Wong Kar-wai

CANNES (Especial para La Nación ).- Wong Kar-wai es un director amado por los franceses (todas sus viejas películas siguen en cartel y "Con ánimo de amar" ya vendió más de un millón de entradas), pero es especialmente reverenciado en el marco del Festival de Cannes. Este año, el talentoso director hongkonés no vino con una nueva película (en realidad presentó "The follow", un corto financiado por la compañía automovilística BMW), pero fue el invitado especial para un clásico del festival: La lección de cine. Este ciclo organizado por la sección Semana de la Crítica presenta cada año a un autor consagrado que comparte sus experiencias con una audiencia integrada en su mayoría por estudiantes de cine. Pero el director -premiado aquí por "Con ánimo de amar" y "Happy together"- también dialogó con la prensa. "Mi sueño de joven era poder filmar 10 películas en 18 meses -dijo-, pero lo más cerca que estuve fue cuando rodé simultáneamente "Ashes of time" y "Chungking Express". Para mí, no existen las vacaciones, el momento en que comienzo una película es cuando empiezan mis vacaciones." En este contexto, "Con ánimo de amar", cuya realización demoró más de dos años, "fue una forma de no desprenderme de una película que sentía era muy importante y querida. Si por mí hubiese sido, habría seguido contando la misma historia, que transcurre en la década del 60, durante los años 70 y 80; no la hubiera terminado nunca". Nacido en Shanghai hace 43 años, pero radicado en Hong Kong, indicó que "en mi cine la música y el sonido son tan importantes como las imágenes y, seguro, más determinantes que las palabras. Las canciones nos hablan de la época y proporcionan un ritmo de narración que yo trabajo junto con el guión. A mis actores les pongo la música y les pido que se inspiren en ella".

Mientras anticipó que, después de su largometraje futurista "2046", planea filmar próximamente una comedia musical, Wong Kar-wai admitió que, a pesar de que se propone objetivos muy disímiles con cada nuevo proyecto, en definitiva siempre termina planteándose interrogantes sobre el amor.