Una obra maestra indiscutida
Hoy es una obra maestra indiscutida, pero cuando la vi en la época de su estreno era, básicamente, una de gangsters. Y eso es lo que fui a ver, pero me encontré con otra cosa. Es la historia de un hombre joven, Michael Corleone, que si bien quiere y respeta a su familia, busca labrarse su propio camino en la vida. Sin embargo, las reglas de ese universo familiar son más potentes que sus deseos y termina asumiendo el rol del que con tanta fuerza había intentado huir. Me impresionó que la que creía una película de tiros, me hablara con tanta fuerza del poder de los mandatos familiares. Toda la película es extraordinaria, pero hay dos escenas especialmente destacables. Una, promediando el relato, cuando Michael va de visita al hospital y comprende que han tendido una trampa para matar a su padre. Es una escena perfecta. Con un suspenso impecable, vemos cómo se va transformando el protagonista con cada una de las acciones que decide. Debería estudiarse en todas las escuelas de cine. La otra secuencia es la final. No la voy a contar aquí. Vean la película. Vale la pena.
Texto extraído de La película que me marcó, publicado por el programa Escuela y Medios del Ministerio de Educación
Marcelo Piñeyro
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