El Cultural San Martín se intensifica

"Apoyar la creación y mantener la calidad artística dando la posibilidad a los más jóvenes de realizar producciones más ambiciosas sin dejar de brindar espacio a artistas consagrados." Así sintetiza Gabriela Ricardes, directora del Centro Cultural San Martín, el criterio curatorial que viene guiando la tarea que despliega en el complejo de Sarmiento y Paraná.

La funcionaria, junto al ministro de Cultura de la ciudad, Hernán Lombardi, presentó la programación 2015 que se desarrollará tanto en el San Martín como en el Teatro 25 de Mayo. Durante el año que termina, el Centro Cultural logró poner en funcionamiento la totalidad de los espacios que lo conforman: las salas AB, Alberdi, Muiño, Sótano Beat, en tanto que la E y la F fueron reabiertas con una nueva concepción espacial. A ellas se sumaron las salas C y D.

"Creo que esta posibilidad rescató el espíritu multidisciplinario histórico del Centro -explica Ricardes. En una misma tarde-noche podés apreciar una película, una muestra, una conferencia, un espectáculo y un concierto. Esta apertura de espacios trajo, además, una convivencia de artistas y públicos con diferentes intereses que fue muy enriquecedora."

La nueva programación comprende actividades en teatro, danza, música, artes visuales, artes electrónicas y multimediales, cine, letras y el proyecto denominado Extramuros y residencias. Este último posee una cualidad particular. Gabriela Ricardes explica que el Centro no es una estructura de producción. "Hace bastante tiempo que apoyamos a artistas que necesitan tiempo y espacio para sus creaciones - comenta, bienes escasos que no siempre se pueden suplir con dinero. No necesariamente lo hacemos con espectáculos que luego hagan su temporada en el Cultural, pero son propuestas que están ligadas al tipo de programación que presentamos".

El grupo Krapp, Claudio Tolcachir, Federico León, Mariano Pensotti y Prodanza están incluidos en esa línea. Tolcachir, por ejemplo, ensayará su nuevo trabajo, Dínamo, y hará su preestreno en el lugar, en marzo, para luego seguir haciendo funciones en Timbre 4. Mariano Pensotti también preparará su nueva experiencia allí: Cuando vuelva a casa voy a ser otro. Estrenará en Bélgica, hará un recorrido internacional y, en septiembre, ofrecerá su espectáculo en el Centro.

Las actividades comenzarán en febrero con las reposiciones de Boyscout, de Dennis Smith, y Dos almas que en el mundo, de Vicente Battista. Luego se irán sumando los estrenos: Errante en la sombra, de Federico Andahazi; La mala fe, de Leonel Giacometto; Vaticinios, de Ana Alvarado y Alejandro Ginés; Diario de Moscú, de Damián Dreizik y Alfredo Allende; El parador de Valeria, de Paula Schapiro y Carlos Gianni; Futuro, de Mariano Tenconi Blanco; Cuando éramos chicos, de Fernando Rubio; Timón de Atenas, de Gabriel Chamé Buendía, y Mis documentos, de Lola Arias.

Se realizará una segunda edición del ciclo Invocaciones, que este año presentó dos muy interesantes proyectos. Uno de Silvio Lang a partir de Meyerhold y otro de Mariana Chaud, una investigación sobre Alfred Jarry. En esta temporada, Walter Jackob y Agustín Mendilaharzu revisitarán a Bertolt Brecht y Sergio Boris hará lo propio con Antonin Artaud.

Dos experiencias combinarán a artistas extranjeros con argentinos. Arias en el Cultural posibilitará conocer la pieza de Alfredo Arias y Gonzalo Demaría, Deshonra + Comedia repostera. Será interpretada por Arias y Alejandra Radano y se estrenará en abril.

Alejandro Jodorowsky dirigirá Las tres viejas, con actores locales y sin fecha de estreno. En cuanto a danza, a partir de marzo se repondrá África, de Luis Biasotto, y se estrenará Un monstruo y la chúcara, de Gerardo Litvak. En junio se presentará Bataille, de Pierre Rigal.

El Teatro 25 de Mayo también tendrá una actividad muy sostenida, que incluye teatro, danza, música y cine. Abrirá sus puestas en enero con el estreno de El gran final, de Gustavo Wons. Luego se sumarán, entre otros, el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, con dirección de Mauricio Wainrot; Nosotros los amantes, de Alejandro Ullúa, y Encuentro de genios, el primer texto teatral de Beto Casella.