Hilda Bernard: "Si me vuelve la voz, quiero trabajar"

Entrar al mundo de Hilda Bernard es un viaje impredecible. En su pequeñísimo departamento de dos ambientes de la zona más linda de Las Cañitas, hay 95 años de historia: videotapes de todas sus novelas, una colección de duendes, un perro blanco con la cola azul, fotos de Puerto Deseado, un teléfono de línea con cable rizado, más de veinte premios, un acogedor hall empapelado que ideó con su último marido y varios retratos de su familia y sus amigas.

Ella me recibe maquillada, con muchas ganas de conversar. Y me prepara un café con leche mientras Antonio, el perro, intenta por todos los medios ser el centro de su atención. Ellos son los únicos habitantes de este hogar. A Hilda, que tuvo un ACV hace dos años, le gusta estar sola. Tiene una hija de 62 años, un nieto de 42 y un bisnieto de 18. Pero hay mucho más detrás de estos simples datos familiares. De cada uno de ellos, Hilda Sarah Bernard tiene algo para contar. "Soy escorpiana, mi hija es libriana y le hace mal la luna. Cuando está la luna llena, no la aguanta. Entonces yo le digo no aguantás a tu madre. Porque en astrología, la luna es la madre."

-¿Cómo es usted como madre?

-Fuerte, independiente. Vivo sola estando como estoy. A veces digo "¿cómo vivo sola?" No me puedo bañar bien, no me puedo vestir bien.... Hoy para ponerme ese zapato estuve un montón de tiempo, pero sin embargo no quiero vivir con alguien. Cuando me enfermé, tuve a una señora de día y otra de noche, pero no las aguantaba. Mi hija está desesperada. Ya me mostró dos departamentos en la casa de ella porque vive en un lugar donde hay cinco edificios alrededor de un parque. Entonces, quiere que yo viva en alguno de esos edificios para estar cerca. Dice que si me pasa algo, no llega. El día que me dio el ACV estuve seis horas en el suelo.

-¿Cómo fue?

-Me levanté a las tres de mañana para ir al baño y me caí, cuando me quise levantar, un lado del cuerpo no me respondía. Estuve hasta las siete de la mañana durmiendo en el piso. A esa hora, me arrastré con la cola hasta el teléfono y la llamé. Pero a pesar de eso, no quiero vivir con nadie, a mí me gusta vivir sola.

-¿A su marido tampoco lo aguantaba?

-A él sí. Fueron 25 años de felicidad, tan lindos, tan lindos. Fue mi segundo marido.

-¿Es el padre de su hija?

-No, con el primero tuve a mi hija, con ese viví dos años y medio. Nació mi hija y me divorcié y el segundo matrimonio fue muy lindo. El estaba separado, ya tenía dos hijos y yo no quise tener más chicos. Fue una pena, lo siento en el alma, porque mi hija ahora está sola. Todo es "mamá, mamá, mamá..." Todo el día le duele algo, es muy quejosa. A mí si me duele algo, me lo aguanto.

-¿Por qué no quiso tener más hijos?

-Cometí una tontería. Lo hice por ella. Son esas estupideces que hacemos en la vida. Pensé: "Ella lo quiere tanto, y no lleva el apellido de mi marido. Si viene otro hijo que sí lo tiene..." Una pavada. Quería que ella fuera la preferida y al final la dejé sola. Ella siempre me dice: "Me vendría tan bien un hermana o un hermano". Pobre hija, me da pena.

-¿Ella tiene un hijo?

-Sí, es productor de televisión. Trabaja en el programa Combate.

-¿Cómo se llama?

-Pepe Parada.

-¿Pepe Parada?

-Se llama Emiliano, pero por ese nombre no lo conoce nadie.

-¿Qué tiene que ver con Pepe Parada?

-Es el sobrino, su papá es Emilio Disi. Mi hija se casó hace 43 años con Emilio y, a los dos años y medio, se separó.

-¿El la dejó por Dorys del Valle?

-No, ella lo dejó y al poco tiempo él se fue con Dorys y ahora tiene otra esposa. Por eso digo que no me gustan los capricornianos.

-¿Emilio es capricorniano?

-Sí.

-¿Se llevan mal?

-No, nunca me llevé mal. El me ve si pasa con el auto y se para a darme un beso. Pero no le perdono que un día fue a lo de Mirtha Legrand y cuando ella le preguntó si tenía nietos, le dijo: "Sí, uno, Franco". Y no es así, su nieto se llama Lautaro. Franco es el nieto de su mujer. Eso no se lo perdono. Emilio es muy frío con su familia.

-¿Lautaro es el bisnieto que se enojó porque no pudo ir al Martín Fierro?

-Sí, porque me llamó el mismo domingo para ver a qué hora íbamos y yo le dije "perdóname, pero no tengo más tu entrada". Yo lo había llamado y como él no me respondió la regalé. Estaba enojadísimo.

-¿Se arrepiente de no haber sido más flexible?

-No, no, no, él es así. Yo me preocupo mucho por él, ahora no tiene celular. No puede andar a la noche sin celular.

-¿Su nieto tiene novia?

-Tuvo hasta hace tres años. ¡Ay, las novias de mi nieto! Siempre de 25, 26 años. Es muy desbolado.

-¿Le dijeron algo de esta exposición que tuvo últimamente?

-Se enojaron porque yo decía que no me visitaban. "¿Podés dejar de hablar de mí?", me dijo mi nieto. Fui a muchos programas, ya no quiero ir más.

-¿Su hija no quiso ser actriz?

-No, ella fue vestuarista, trabajó en muchos programas. Cometió la torpeza de pedirle un aumento a Raúl Lecouna y ahí terminó. Se fue porque le negaron el aumento. Ahora tiene una feria americana en la casa. ¡Tiene ropa divina!

-¿La llamó Cris Morena para trabajar?

-Sí, pero no este año, no puedo. Me quiero recuperar mejor.

-¿Qué tratamiento está haciendo?

-Con una foniatra, trabajamos la lengua, la boca, la garganta... Pero no es suficiente. También ejercito las piernas. Pero ahora se me terminaron las sesiones y mi obra social ya no me cubre más.

-¿Cuánto tiempo estuvo internada después del ACV?

-Diez días. Perdí mucha masa muscular. De este lado no tengo sensibilidad. Por eso uso bastón. En cuanto pude me levanté. Salgo a la mañana y a la tarde. Aunque sea una vuelta manzana hacemos con Antonio. No sé si con el tiempo se me irán las secuelas. Me encontré el otro día con un señor que después de siete años se le fue todo. Pero, claro, yo dentro de siete años no estoy acá.

-Una vez dijo que iba a trabajar hasta los 104 años.

-Es verdad, pero como me pareció una insolencia, el día de los Martín Fierro dije hasta los 100. Si me vuelve la voz, quiero trabajar. Siempre fui muy sana. No tengo diabetes, ni colesterol alto, tomo mi pastillita para la presión…

-¿Depresión nunca tuvo?

-Después del ACV me quedé mal y tomo un antidepresivo. Tampoco tengo ganas de tomar tantos remedios.