Julieta Ortega: "Cuando les pasa algo a mis hermanos es como si me pasara a mí"

Frontal, inquieta, divertida. Hace un buen rato que estamos acostumbrados a la mejor versión de la hija mayor del clan Ortega. No extraña que el suceso de 2012 Graduados no la haya mareado. Nació "casi famosa": hija de Evangelina Salazar y Ramón "Palito" Ortega. En su plácida sonrisa se refleja que atraviesa una etapa de madurez, cosecha y disfrute. Aún pese a los reveses que la familia tuvo que soportar desde que el año pasado estalló el escándalo con la unión de la ex de su hermano Sebastián, Guillermina Valdes, con su antes socio Marcelo Tinelli. "No es mi tema, pero me toca. Lo sufrí y lo sufro por supuesto como hermana. Cuando le pasa algo a mis hermanos es como si me pasara a mí. Más porque sé del gran corazón y el tipo de persona honesta y sin maldad que es Sebastián, pero sé que hasta eso como todo, pasa", aseguró Julieta Ortega a Personajes.tv.

-¿Le aconsejaste algo en particular en aquel momento?

-Yo creo que no hay que engancharse con la explosión mediática sobre todo, sino manejarse con lo real. Hay que apagar la tele, cerrar las revistas, que no te cuenten... tratar de no enterarse y si tenés que putear a alguien, hacerlo, pero en privado. No salir a hacerlo en público. Mi consejo fue el que me daba mi papá cuando yo era chica y recién estaba empezando. Por entonces yo iba a contarle lo que había dicho fulano, mengano sobre mí y el me decía "Juli salí a caminar, pasan otras cosas, no pongas ahí la energía". Con el tiempo aprendí que es lo mejor.

-¿Cómo está todo ahora, más calmo?

-Digamos que es imposible que cuando pasan cosas como esas el ruido mediático no provoque cimbronazos en una familia: empeora lo que pasa. Pero el tiempo transcurre, hay que permitir que así sea. Todo se convierte en una noticia vieja que puede tener coletazos pero nada que perturbe demasiado la tranquilidad de nadie. Y por ahí vamos. Después hay cuestiones que uno puede no estar de acuerdo con un hermano por como se manejan cosas, me pasa también con mi padre o con otras personas de mi familia y bueno, se habla, pero en privado.

-¿Entre tanto ruido en 2012, tu año profesional fue fantástico con Graduados, te hubiera gustado una segunda parte?

-¡Me hubiera encantado! Por primera vez después de una tira diaria, además de agotada, terminé con la sensación de querer seguir haciéndola. Sí, nos merecíamos todos unas vacaciones, pero yo estaba para descansar unos meses y volver a grabar feliz de la vida. Esto no es frecuente, uno termina cansado, física y emocionalmente, pero fue un programa diferente en muchos sentidos. Era genial por el elenco, por la llegada que tenía con la gente, porque tocó una fibra muy particular y nuestra. Pero aunque se pensó en una segunda parte, no se pudo arreglar porque había actores que no se entusiasmaban con la parte dos. No se dio.

Lo que se viene

La actriz se da el gusto y participa en dos apuestas fuertes para la televisión de 2014, una propia: un programa intimista de conversaciones con mujeres que se verá por Cosmopolitan y la miniserie Fronteras sobre médicos rurales con la que vuelve junto a Isabel Macedo a la pantalla de aire.

-¿Y fue casualidad que el nuevo proyecto lo integrara también Macedo?

-Sí, cuando me llamaron a mí su papel no estaba confirmado. Yo estaba con una idea más personal, intentando llevarla a distintos canales a ver qué pasaba, cómo le daba forma, con qué productora y en el medio apareció la propuesta de Sabrina Farji, que me encanta ella como directora y tenía muchas ganas de hacer algo con ella. Así que decidí que me podía dar el lujo de terminar el año con Fronteras y abocarme luego a esto que gesté desde principio de año y ahora sé que saldrá en Cosmopolitan. Son diez capítulos de entrevistas con mujeres del medio, pero en tono íntimo y sobre temas que nos hermanan a todas: los hijos, el aborto y el amor, entre otros. Se graba la primera quincena de enero y es para mostrar el año que viene.

-Y la ficción Fronteras de Farji es un proyecto para un canal de aire, ¿no?

-Sí, tenemos ganas aunque no hay señal confirmada todavía. Será también para principio de 2014. Es una miniserie y grabamos hasta la primera semana de diciembre. Hasta ahora en locaciones del Gran Buenos Aires y las últimas dos semanas, en Misiones. Mi personaje es una asistente social, amiga del rol que hace Isabel, que es pediatra. Es un grupo de profesionales con profunda vocación frente a una realidad muy dura, donde se reflejan distintas temáticas interesantes. Me hace acordar mucho a la enfermera de un hospital psiquiátrico que hice en Sol Negro. Me atrae que sea una chica tan distinta a Vero de Graduados, que era más varonera y rebelde. Mi personaje es de Buenos Aires pero adoptó ese ritmo diferente del interior y se enamora de un abogado, Fabián Mazzei, con quién es un gusto trabajar, al igual que con Raúl Taibo, que hace del director del hospital. A él lo conozco desde chica pero nunca habíamos trabajado juntos. Ahora que acepté sé que no me equivoqué. Va a quedar algo muy lindo.

-¿Son amigas con Isabel?

-No tenemos una relación fuera del trabajo, pero dentro tenemos muy buen vínculo. Tampoco nos conocíamos antes de Graduados. De ella te puedo decir que es una gran profesional, que llega a trabajar con alegría, que demostró como actriz el año pasado que tiene un oficio tremendo y lo bueno que van a ver de ella acá es que interpreta un personaje que nunca hizo antes.

-¿Sos de esas personas que no podrían estar sin trabajar?

-¡Todo lo contrario! Soy de las que podrían estar sin trabajar largos períodos... salvo cuando económicamente lo necesito, pero como mi profesión es así: largos meses de nada, cuatro meses de intensa filmación cinematográfica, un año de tira grabando mil horas, un año de poco y nada y así... Disfruto mucho ahora por ejemplo de poder ir a buscar a mi hijo Benito al colegio, cosa que dejé de hacer durante todo el año de la tira. De idear cosas que tengo ganas de hacer, radio, explorar otros formatos. Soy una persona curiosa, me interesa todo, jamás me aburro. También soy hogareña, me gusta ir al supermercado, a la panadería, estar en mi casa, comprar discos, leer libros, ver amigos, planear un viaje. La vida también es eso, y me encanta. Nunca me faltan cosas para hacer, tengo mi casa, mi barrio, mis amigos, mi familia y adoro dedicarles tiempo. Nunca desespero, ni cuando estoy trabajando tanto que me siento extenuada: agradezco el buen momento y sé que se termina. Cuando estoy en un bache, aprovecho mientras pueda de mi tiempo libre.

-¿Cuál es tu visión de la TV hoy?

-No consumo mucha. O sea, no veo nada todo el tiempo. Probablemente si no hubiera estado yo en Graduados tampoco la hubiera visto. Sí, veo siempre alguna escena de todo lo que hay y me parece que dentro de las ficciones lo más redondito fue Solamente vos. Suar y Oreiro juntos funcionan muy bien. Sí veo y me divierten mucho los programas de archivo, donde te enterás de todo, hasta de lo que mejor es no enterarse...

-¿Cómo sos como madre, qué cosas compartís con Benito?

-Al ser varón hay partes que no compartimos tanto porque la Play y el fútbol son territorio del padre, pero nos gusta estar juntos, escuchar discos, ver películas, disfruto mucho de mi hijo. También es lindo estar juntos en casa, cada uno haciendo lo suyo, no es necesario estar compartiendo actividades todo el tiempo.

-¿Volverías a ser madre?

-Me hubiera gustado pero ya no veo muchas posibilidades, tengo 42 y no tengo novio... el tema de ser madre más grande es un tema energético. El otro día estábamos con mi mamá y Benito quería jugar a la mancha. Nos turnábamos un rato cada una, ¡había que seguirle la marcha a un torbellino de siete años! Y el comentario era un poco eso, qué lindo sería, pero ¿de dónde saldría la energía? (Risas).

-¿Y seguís buscando un amor para toda la vida?

-También me gustaría, no sé si para toda la vida, me encantaría para mucha vida, porque el amor es una cuestión de fe, a mí me pasó que el amor se terminó, pero conozco gente que le sucede.

-Con tu ex marido te llevás bárbaro, dijiste que es el mejor ex del mundo…

-¡Lo es! Y eso que dije fue un piropo. Para mí es mi familia, es un hombre que respeto y adoro profundamente. Me parece un tipo íntegro, que se yo, de pronto en la mesa de Navidad estamos todos y es raro, pero no deja de ser natural. Si no hubiésemos tenido un hijo sería diferente seguramente, pero yo sé que cuento con él y él conmigo. Si se me queda el auto en medio de la calle, lo llamo a Iván. Si él está eligiendo la tapa de un álbum reunido con la discográfica, la foto me la manda a mí. Seguramente también porque ninguno está de novio, cuando tenga uno posiblemente lo llame a él para preguntarle qué hago con el auto. Pero estuve en pareja después de mucho tiempo y contaba con él para todo igual. No me equivoqué en tener un hijo con él, estoy feliz de que sea el padre de Benito.

-¿No hay celos entre tanta buena relación?

-De su parte para nada, no me celaba ni cuando estaba conmigo. El no es así. Yo sí lo celo, pero no desde un lugar de pareja, porque en ese sentido la relación está terminada, no siento que vayamos a volver, sino porque lo siento parte mía y uno reclama lo suyo. Aunque ya te digo, no necesito reclamar mucho, Benito y yo contamos con él todo el tiempo y yo hago uso y abuso de eso.